La Miopía en la retinopatía del prematuro ( ROP) puede ser severa y aparecer precozmente.
La miopía de los prematuros suele aparecer precozmente y puede ser severa. Se diferencia característicamente de la miopía habitual de los niños por su inicio muy precoz. Se detecta en algunos casos desde los primeros meses de vida y los casos severos con más de 6 dioptrias de
miopía van en aumento progresivo hasta los 3 años de edad por lo menos.
La incidencia global de miopía aumenta al bajar el peso de nacimiento y también progresivamente con la mayor gravedad de ROP alcanzada durante la evolución aguda de la enfermedad. Va disminuyendo a mayor Peso de Nacimiento (PN) y Edad Gestacional (EG) al nacer.
La incidencia general en todos los prematuros extremos es de alrededor de 30%. Su prevalencia no se correlaciona tanto con la etapa aguda de la ROP, sino con el grado de cicatrización que este proceso
puede haber dejado en el ojo, aunque no se haya producido un desprendimiento retinal, pero más aún si este se produjo.
Incluso los prematuros que nacieron pesando menos de 1250 gramos y que no desarrollaron nunca ROP, tienen una incidencia de miopía no despreciable que llega a un 10%. La miopía de los prematuros debe corregirse con anteojos cuando su magnitud interfiere con un adecuado desarrollo sicomotor para la edad.
Este umbral de miopía sobre el cual es necesario corregirla con anteojos varia con la edad; es diferente en un lactante de meses que necesita ver objetos cercanos a sí, en un niño que está aprendiendo a caminar y en un escolar que debe visualizar lo escrito en el pizarrón.
La causa de la miopía en los prematuros es principalmente un cristalino demasiado grueso (con mucho poder dióptrico), lo cual es una característica del ojo prematuro. Es como si la maduración global del ojo con adelgazamiento del cristalino postnatal no se produjese adecuadamente en estos casos.
Puede haber también un aumento del largo axial del ojo que contribuye a la miopía en algunos casos, pero es lo menos frecuente. Este aumento de la potencia refractiva del ojo, más que el largo excesivo, se ha verificado también en adultos miopes que fueron prematuros menores de 32 semanas al nacer, y presentan un aumento de la curvatura corneal.
Con esto vemos que la miopía asociada a la prematuridad permanece incluso hasta la vida adulta, presentando características refractivas propias . Fielder y Quinn han propuesto
la teoría de que las lesiones de la retinopatía causan una restricción mecánica al crecimiento ocular en la parte posterior del globo que es donde hay mayor desarrollo en la etapa tardía fetal y precoz postnatal .
Esta inhibición relativa del crecimiento dejaría un largo axial más corto pero también causaría una restricción en el desarrollo del polo anterior determinando inicialmente grosores crista linéanos excesivos y curvaturas cornéales aumentadas con la subsecuente miopía.
Anisometropía:
Además de tener miopía, un 30% de los prematuros tiene anisometropía.
La anisometropía consiste en tener un poder refractivo diferente entre ambos ojos.
Esto es especialmente peligroso ya que el ojo más miope tiende a ambliopizarse lo que significa perder la AV potencial máxima del ojo, durante la infancia porque el cerebro escoge utilizar el
ojo menos miope con el que ve mejor y suprime la imagen desenfocada del ojo más miope, generándose así una pérdida de agudeza visual por no uso del ojo afectado. Esta pérdida de agudeza visual se convierte en irreversible pasados los 9 años de edad.
Es necesario tomar la agudeza visual a los niños prematuros a lo largo de la infancia para poder detectar peor visión en un ojo que el otro. Si la miopía en el ojo mejor es pequeña, el defecto del ojo peor puede pasar totalmente desapercibido hasta que es muy tarde para corregirlo. La anisometropía obliga a indicar lentes ópticos a los niños afectados para prevenir la ambliopía, y si esta ya se ha producido en algún grado, está indicado además parchar el mejor ojo diariamente por algunas horas para recuperarla.
Astigmatismo:
El astigmatismo significativo es también más frecuente en los prematuros que en los niños de término, presentándose hasta un 40% de los casos, más si tuvieron ROP y más mientras más grave fue ésta .
El astigmatismo significativo produce mucho desenfoque de la imagen retinal por lo que también requiere la corrección con lentes ópticos en la infancia para prevenir la ambliopía en la cual el ojo nunca aprende a ver realmente nítido porque nunca se enfrenta a imágenes lo suficientemente claras como para entrenarse en esa tarea de discriminación fina.
Estrabismo:
El estrabismo también es más frecuente en prematuros que en niños de término. El seguimiento de la cohorte del ET - ROP encontró un 20% a los 6 meses y 30% a los 9 meses entre los con retinopatía de alto riesgo. En los con ROP de bajo riesgo bajaba a 10% .
Generalmente se trata de una endo-desviación o estrabismo convergente de magnitud variable que tarda más en estabilizarse en el tiempo, pero también pueden observarse otras desviaciones. Peor agudeza visual en un ojo que en el otro es un factor de riesgo, ya sea causada por asimetría de la visión por secuelas de la retinopatía o por anisometropía.
Con los años la desviación tiende a ir disminuyendo espontáneamente, y puede incluso convertirse en una exodesviación o estrabismo divergente. En general no tiene buen resultado quirúrgico por su misma inestabilidad y por la gran facilidad de sobrecorregirse eventualmente a largo plazo.
La principal alteración visual que produce este estrabismo no es visión doble (diplopia) como en el adulto, sino que ausencia de desarrollo de la visión binocular al no utilizar el cerebro ambos ojos simultáneamente. Además de esto, existe el riesgo de ambliopía del ojo desviado con mayor frecuencia ya que el cerebro tiende a suprimir esta imagen.
Para enfrentar el riesgo de ambliopía en estos niños es imprescindible mantenerlos bajo un control oftalmológico seriado durante la infancia en el cual se corrijan con lentes los vicios de refracción (miopía, astigmatismo y anisometropía) y se combata la ambliopía con parche diario por algunas horas al ojo de mejor agudeza visual a fin de estimular la visión de ojo más débil.
Conclusión
La gran repercusión que puede tener la prematuridad sobre la función visual obliga a prestar cuidadosa atención al desarrollo visual de estos niños. El diagnóstico y tratamiento precoz de la retinopatía del prematuro es un imperativo en el período neonatal ya que no existe intervención
más costo efectiva que ésta en toda la oftalmología para disminuir años de ceguera.
Una vez sorteado este escollo, los prematuros menores de 1500 gramos al nacer deben continuar bajo control oftalmológico seriado para detectar a tiempo la miopía, anisometropía, astigmatismo
y estrabismo que les son característicos y realizar el tratamiento de la ambliopía asociada a ellos. Se recomienda al menos un control anual hasta los cuatro años.
Fuente: http://www.vivirdesenfocados.org/?q=node/472
miopía van en aumento progresivo hasta los 3 años de edad por lo menos.
La incidencia global de miopía aumenta al bajar el peso de nacimiento y también progresivamente con la mayor gravedad de ROP alcanzada durante la evolución aguda de la enfermedad. Va disminuyendo a mayor Peso de Nacimiento (PN) y Edad Gestacional (EG) al nacer.
La incidencia general en todos los prematuros extremos es de alrededor de 30%. Su prevalencia no se correlaciona tanto con la etapa aguda de la ROP, sino con el grado de cicatrización que este proceso
puede haber dejado en el ojo, aunque no se haya producido un desprendimiento retinal, pero más aún si este se produjo.
Incluso los prematuros que nacieron pesando menos de 1250 gramos y que no desarrollaron nunca ROP, tienen una incidencia de miopía no despreciable que llega a un 10%. La miopía de los prematuros debe corregirse con anteojos cuando su magnitud interfiere con un adecuado desarrollo sicomotor para la edad.
Este umbral de miopía sobre el cual es necesario corregirla con anteojos varia con la edad; es diferente en un lactante de meses que necesita ver objetos cercanos a sí, en un niño que está aprendiendo a caminar y en un escolar que debe visualizar lo escrito en el pizarrón.
La causa de la miopía en los prematuros es principalmente un cristalino demasiado grueso (con mucho poder dióptrico), lo cual es una característica del ojo prematuro. Es como si la maduración global del ojo con adelgazamiento del cristalino postnatal no se produjese adecuadamente en estos casos.
Puede haber también un aumento del largo axial del ojo que contribuye a la miopía en algunos casos, pero es lo menos frecuente. Este aumento de la potencia refractiva del ojo, más que el largo excesivo, se ha verificado también en adultos miopes que fueron prematuros menores de 32 semanas al nacer, y presentan un aumento de la curvatura corneal.
Con esto vemos que la miopía asociada a la prematuridad permanece incluso hasta la vida adulta, presentando características refractivas propias . Fielder y Quinn han propuesto
la teoría de que las lesiones de la retinopatía causan una restricción mecánica al crecimiento ocular en la parte posterior del globo que es donde hay mayor desarrollo en la etapa tardía fetal y precoz postnatal .
Esta inhibición relativa del crecimiento dejaría un largo axial más corto pero también causaría una restricción en el desarrollo del polo anterior determinando inicialmente grosores crista linéanos excesivos y curvaturas cornéales aumentadas con la subsecuente miopía.
Anisometropía:
Además de tener miopía, un 30% de los prematuros tiene anisometropía.
La anisometropía consiste en tener un poder refractivo diferente entre ambos ojos.
Esto es especialmente peligroso ya que el ojo más miope tiende a ambliopizarse lo que significa perder la AV potencial máxima del ojo, durante la infancia porque el cerebro escoge utilizar el
ojo menos miope con el que ve mejor y suprime la imagen desenfocada del ojo más miope, generándose así una pérdida de agudeza visual por no uso del ojo afectado. Esta pérdida de agudeza visual se convierte en irreversible pasados los 9 años de edad.
Es necesario tomar la agudeza visual a los niños prematuros a lo largo de la infancia para poder detectar peor visión en un ojo que el otro. Si la miopía en el ojo mejor es pequeña, el defecto del ojo peor puede pasar totalmente desapercibido hasta que es muy tarde para corregirlo. La anisometropía obliga a indicar lentes ópticos a los niños afectados para prevenir la ambliopía, y si esta ya se ha producido en algún grado, está indicado además parchar el mejor ojo diariamente por algunas horas para recuperarla.
Astigmatismo:
El astigmatismo significativo es también más frecuente en los prematuros que en los niños de término, presentándose hasta un 40% de los casos, más si tuvieron ROP y más mientras más grave fue ésta .
El astigmatismo significativo produce mucho desenfoque de la imagen retinal por lo que también requiere la corrección con lentes ópticos en la infancia para prevenir la ambliopía en la cual el ojo nunca aprende a ver realmente nítido porque nunca se enfrenta a imágenes lo suficientemente claras como para entrenarse en esa tarea de discriminación fina.
Estrabismo:
El estrabismo también es más frecuente en prematuros que en niños de término. El seguimiento de la cohorte del ET - ROP encontró un 20% a los 6 meses y 30% a los 9 meses entre los con retinopatía de alto riesgo. En los con ROP de bajo riesgo bajaba a 10% .
Generalmente se trata de una endo-desviación o estrabismo convergente de magnitud variable que tarda más en estabilizarse en el tiempo, pero también pueden observarse otras desviaciones. Peor agudeza visual en un ojo que en el otro es un factor de riesgo, ya sea causada por asimetría de la visión por secuelas de la retinopatía o por anisometropía.
Con los años la desviación tiende a ir disminuyendo espontáneamente, y puede incluso convertirse en una exodesviación o estrabismo divergente. En general no tiene buen resultado quirúrgico por su misma inestabilidad y por la gran facilidad de sobrecorregirse eventualmente a largo plazo.
La principal alteración visual que produce este estrabismo no es visión doble (diplopia) como en el adulto, sino que ausencia de desarrollo de la visión binocular al no utilizar el cerebro ambos ojos simultáneamente. Además de esto, existe el riesgo de ambliopía del ojo desviado con mayor frecuencia ya que el cerebro tiende a suprimir esta imagen.
Para enfrentar el riesgo de ambliopía en estos niños es imprescindible mantenerlos bajo un control oftalmológico seriado durante la infancia en el cual se corrijan con lentes los vicios de refracción (miopía, astigmatismo y anisometropía) y se combata la ambliopía con parche diario por algunas horas al ojo de mejor agudeza visual a fin de estimular la visión de ojo más débil.
Conclusión
La gran repercusión que puede tener la prematuridad sobre la función visual obliga a prestar cuidadosa atención al desarrollo visual de estos niños. El diagnóstico y tratamiento precoz de la retinopatía del prematuro es un imperativo en el período neonatal ya que no existe intervención
más costo efectiva que ésta en toda la oftalmología para disminuir años de ceguera.
Una vez sorteado este escollo, los prematuros menores de 1500 gramos al nacer deben continuar bajo control oftalmológico seriado para detectar a tiempo la miopía, anisometropía, astigmatismo
y estrabismo que les son característicos y realizar el tratamiento de la ambliopía asociada a ellos. Se recomienda al menos un control anual hasta los cuatro años.
Fuente: http://www.vivirdesenfocados.org/?q=node/472
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