Uno
de los ponentes del congreso Trends in Glaucoma,
organizado por el Departamento de Glaucoma
del IMO el pasado mes de noviembre, abordó en su presentación la relación entre
esta patología y la práctica deportiva: el Dr. José Luis Urcelay, quien, además
de especialista en glaucoma, es corredor de maratones.
Como
médico y también como aficionado al deporte, destacó los beneficios que este
tiene para la salud en general y, concretamente, para los pacientes que padecen
esta patología. No solo mejora la oxigenación, sino que se ha demostrado que su
práctica continuada y aeróbica contribuye a bajar la presión intraocular,
principal factor de riesgo del glaucoma, además de asociarse generalmente a
unos hábitos de vida más saludables que repercuten en un mejor estado visual.
No
obstante, según el oftalmólogo, “determinados deportes pueden comportar efectos
adversos para los pacientes con glaucoma, sobre todo aquellos que producen un
aumento de la presión arterial en la zona cervical y de la cabeza –como el
levantamiento de pesas o la natación– y el consiguiente incremento de la
presión intraocular”.
Por el
mismo motivo, el ejercicio en condiciones barométricas extremas, ya sea por la
altitud a la que se llevan a cabo actividades de montaña o la profundidad que
se alcanza en el buceo, puede resultar perjudicial, así como el uso de ciertos
complementos, por ejemplo, gafas acuáticas que comprimen directamente el globo
ocular.
Una
relación de mutua influencia
Como
advirtió el Dr. Urcelay, “no se trata de suspender la práctica deportiva pero
sí de considerar estos posibles riesgos, de los que el paciente debe ser
informado”. Por ello, y teniendo en cuenta que la relación entre glaucoma y
deporte es de mutua influencia, el especialista recordó la importancia de
abordar cada caso de forma individualizada. “A la hora de escoger el
tratamiento más indicado debemos valorar, por ejemplo, que ciertos medicamentos
para combatir el glaucoma pueden empeorar el rendimiento deportivo, al reducir
el ritmo cardíaco o la capacidad pulmonar”, explicó.
Asimismo, fármacos como los
betabloqueantes, muy habituales en el manejo del glaucoma, quedan terminalmente
prohibidos para la competición de alto nivel en disciplinas que requieren pulso
y puntería (tiro con arco, golf, saltos de esquí, vela e, incluso,
automovilismo) por ser considerados dopaje. En consecuencia, la indicación terapéutica
dependerá, más allá de las características o del grado de desarrollo de la
patología, de los intereses y motivaciones del paciente, a fin de responder a
sus expectativas y lograr unos mejores resultados que velen por la salud ocular
y la calidad de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario