La cirugía LASIK no está indicada en todos los casos. Existen 5 criterios principales en los que nos basamos para una correcta indicación.
Imagen: parte del procedimiento Lasik Tus ojos deben estar sanos: Si tienes alguna patología que pudiera afectar a la respuesta visual ante la cirugía se debiera esperar hasta una completa recuperación. Ejemplo de ello son los ojos secos, conjuntivitis y blefaritis. Algunas patologías como las cataratas, el glaucoma y el queratocono, pueden contraindicar completamente la cirugía.
Debes tener una visión estable durante al menos un año: Muchos adultos jóvenes experimentan cambios en su graduación en la adolescencia. La visión se suele estabilizar sobre los 20 años como media, aunque en algunos casos de miopías severas puede seguir avanzando.
Si estás embarazada: Existen ciertos cambios hormonales que hacen, entre otras cosas, que el cristalino se abombe, cambiando así la graduación. La cirugía no debe realizarse hasta que sus hormonas y su visión han “normalizado” después del embarazo. Esto podría tardar algunos meses, si bien todo vuelve a la normalidad tras ello. Por eso no hay ningún problema en realizar el LASIK antes del embarazo o pasados varios meses tras la lactancia.
Enfermedades Degenerativas o Autoinmunes: Estas enfermedades pueden alterar la cicatrización, alterando así los resultados del LASIK. Entre ellas están el síndrome de Sjögren, Artritis Reumatoide, SIDA y otras.
Tu graduación debe estar dentro de ciertos límites: Cantidades muy altas de miopía que requirieran ablación de demasiado tejido corneal podría no hacer del LASIK la mejor opción y optar así por otra opción más adecuada como las lentes fáquicas.
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Fuente: http://www.oftalmologiavirgendelmar.es/
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