Disfunción de Meibomio, primera causa de ojo seco evaporativo
Las glándulas de Meibomio son las encargadas de segregar y aportar lípidos a la lágrima y su función es, precisamente, evitar la evaporación del agua de la lágrima. La disfunción, muy variada, en esta glándula, cuyos motivos concretos no están bien determinados, conduce a la enfermedad más frecuente en oftalmología: la disfunción de las glándulas de Meibomio, alteración que ha reunido a especialistas mundiales en esta patología y cuyos análisis se han publicado en un número especial de Investigative Ophtalmology & Visual Science. La enfermedad tiene un componente hormonal importante, por lo que existen picos de incidencia de edad. La raza también tiene un peso específico
Se calcula que el 20 por ciento de los caucásicos y el 40 por ciento de los asiáticos padecen esta disfunción. La edad también es un factor que hay que tener en cuenta, pues la enfermedad se acentúa con los años, más aún teniendo en cuenta que esta disfunción tiene receptores hormonales que decaen con la vejez y que favorecen la obstrucción de las glándulas al no segregar la capa de líquidos a la lágrima que impide su evaporación.
Constante cambio
Esta disfunción "es, de hecho, la primera causa de ojo seco evaporativo, además de producir orzuelos y calacio (chalazión)", ha señalado a DM José Manuel Benítez del Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de Sección de la Unidad de Superficie e Inflamación Ocular (USIO) del Hospital Clínico de Madrid, y representante español de este encuentro internacional; ha insistido además en que "aclarar la etiología y fisiopatología de esta enfermedad es el objetivo para desarrollar alternativas terapéuticas que tiendan a la curación y no sólo cubran la sintomática".
En el encuentro, avalado por la Sociedad Internacional Tear Film and Ocular Surface Society (Tfoss), comités de expertos han llevado a cabo una actualización de la definición y clasificación de la enfermedad, así como de diagnóstico, epidemiología y tratamiento, "área que está en constante cambio porque cada vez aparecen nuevos y más útiles abordajes".
Actualmente se emplean ciclosporina, tetraciclinas, lágrimas artificiales y dispositivos específicos para fluidificar los lípidos
La obstrucción se produce por un cambio en el tipo de lípidos que fabrican las glándulas: aumenta la concentración de colesterol y disminuye la de fosfolípidos. En disfunción de Meibomio, estos lípidos tienen un punto de derretimiento más alto, lo que supone que cuando pierde un punto de temperatura la grasa se solidifica y tapona la glándula. Así, el masaje y la aplicación de calor son las dos primeras maniobras para que vuelva a ser líquida, salga de la glándula y forme parte de nuevo de la película lagrimal. En algunos casos la desobstrucción de las glándulas se lleva a cabo mediante su punción.
Pero, además, y según ha explicado Benítez del Castillo, existen nuevos procedimientos, "como unas gafas que emiten calor para que la grasa se reblandezca. Otro dispositivo, más preciso, asemeja a una lente de contacto intraocular cuya parte interna proporciona calor y cuya parte externa actúa a modo de exprimidor de las glándulas". Para el abordaje del ojo seco, el equipo del Clínico ha desarrollado un procedimiento técnico, en colaboración con oftalmólogos europeos y estadounidenses, que permite recoger nanolitros de lágrima y concretar su osmolaridad, muy aumentada en pacientes con ojo seco debido a la evaporación. Se trata del osmolarímetro, cuyos resultados se han publicado en American Journal of Ophtalmology.
Tratamientos
Los ensayos realizados en perros, que tienen ojo seco espontáneo, han permitido que los profesionales de este centro patenten, en colaboración con el Servicio de Farmacia, una lágrima artificial específica para el ojo seco por disfunción de estas glándulas, "porque en su contenido incluye lípidos polares".
Pero es que, además, un hecho casual en modelo animal supuso un paso más en la terapia, ya que puso de manifiesto que los perros tratados con ciclosporina, cuando se les realizaba un trasplante, mejoraban el ojo seco. "Actualmente se emplea tópicamente para ojo seco y para disfunción de la glándula". Otra variante terapéutica son las tetraciclinas orales -doxiciclina y minociclina-, "que regulan la secreción grasa, no por su efecto antibiótico, sino por su inhibición de las lipasas y efecto antinflamatorio. En niños se administra eritromicina".
En la imagen aparece un ojo con disfunción de las glándulas de Meibomio en el que se aprecia el acúmulo de grasa.
Fuente: http://herenciageneticayenfermedad.blogspot.com/2011/06/disfuncion-de-meibomio-primera-causa-de.html
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