“Ver de reojo”, “mirar con el
rabillo del ojo”, etc., son expresiones que habitualmente se utilizan para
indicar que se está mirando de forma periférica. Las personas somos capaces de
ver en un amplio rango de campo visual, concretamente de unos 150º
horizontalmente y de 130º verticalmente, en cada ojo. Pero, de todo
ese campo, la zona central que se corresponde con la mácula, y más
concretamente con la fóvea, es la que nos permite ver con mayor resolución. Y,
como bien conoce, este área central de la retina es la que se encuentra
afectada en las personas que padecen DMAE. Pero ¿por qué no utilizar las zonas
sanas y periféricas de la retina para optimizar su visión? Esto es lo que se
conoce como entrenamiento de la visión excéntrica o periférica.
Cuando acuda a la consulta
de Rehabilitación Visual para entrenar su visión periférica, el primer punto a
conocer es la nueva zona de visión. Es decir, detectar el área periférica más
cercana a la mácula que no está alterada y que le permite la mejor visión para,
posteriormente, utilizarla como nuevo punto de fijación. A continuación, el
rehabilitador le indicará algunos ejercicios para entrenar su visión
periférica. Tenga paciencia, esta terapia no es sencilla y según algunos
estudios se requieren al menos 8 sesiones para conseguir una mayor fluidez en
la lectura. Además, es importante que conozca la necesidad de realizar
ejercicios en casa. Su esfuerzo y constancia serán fundamentales para conseguir
esta habilidad.
El entrenamiento de la
visión periférica, junto con las ayudas adecuadas, le proporcionará una lectura
más fluida y de mayor calidad. Sin embargo, tenga en cuenta que debido a que se
está utilizando un área excéntrica de la retina, su visión no tendrá una
resolución perfecta y, por tanto, las ayudas ópticas o electrónicas de las que
se han hablado en posts anteriores no serán sustituibles. Es más, este tipo de
entrenamientos suele estar recomendado cuando se usan las lupas, microscopios,
telescopios o dispositivos electrónicos, ya que mientras este tipo de ayudas
proporcionan los aumentos necesarios para las actividades que se van a llevar a
cabo, el entrenamiento de la visión periférica le ayudará a conseguir unos
mejores resultados en cuanto a su rendimiento visual.
Tenga en cuenta que si
padece DMAE desde hace bastante tiempo, es probable que ya utilice su visión
periférica para algunas tareas, como la lectura, ¿pero está utilizando el área
que le permite la mejor visión? La visión periférica puede utilizarse de forma
inconsciente desplazando el punto de mirada para evitar la zona de la retina
deteriorada y que le impide una adecuada visión. Sin embargo, conseguir que su
visión se fije en el punto de la retina que le proporciona la mejor calidad
óptica requiere de un entrenamiento específico.
Puede conocer los
beneficios que puede ofrecerle esta terapia con la ayuda de su experto en baja
visión. Como decía el genio Albert Einstein: “Solo hay dos formas de vivir tu
vida. Una es pensar que nada es un milagro. La otra es pensar que todo es un
milagro”. Le animo a ser optimista e iniciar un entrenamiento de la visión
periférica. Tenga en cuenta que nunca sabrá lo que es capaz de alcanzar si no
se anima a intentarlo.
Dra. Eva Chamorro
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