Vender Billetes de la Lotería Nacional parecería un oficio fácil. Sin embargo, cuando se es ciego y se tiene 70 años de edad la labor deja de ser una actividad sencilla.
Ese es el caso del señor Teodoro Espinal, que con lentes oscuros y bastón en mano camina a diario las avenidas Duarte y Mella del Distrito Nacional pregonando los números de lotería cuyo producto sirve de sustento a tres de sus hermanos, una de ellas también privada de la visión.
Teodoro viene de una familia de 17 hermanos, varios de ellos fallecidos y nueve de ellos también ciegos. Dice que perdió la visión cuando era joven mientras trabajaba agricultura en Monción, lo que le obligó a venir a Santo Domingo en busca de ayuda oficial.
Dice que desde 1982 se ha dedicado a la venta de billetes caminando de sol a sol por las arterias comerciales de la capital y, que al momento él es el sustento de la casa, ya que su hermano Eligio, de 60 años, dejó de trabajar en una compañía de guardines privados por problemas de salud.
Agradece la asistencia que recibe de su hermana Bartolina, quien le ayuda a organizar las hojas de billetes por número, los cuales memoriza en su colocación para identificarlos mientras los vende.
Cuenta con tristeza que hace una semana fue engañado por desalmados que le pasaron una papeleta falsa de mil pesos. “He perdido mucho con eso, no es la primera vez, ahora tengo que recuperar ese dinero, trabajar más, levantarme más temprano”, señala abatido.
Se queja de que hace tres meses la Lotería ha dejado de pasarle una ayuda social de 1,300 pesos, lo que ha agravado la situación económica de él y sus hermanos.
“Esto está, duro, la Lotería tiene tres meses sin pasarme la ayuda, tenemos muchas necesidades, no tenemos seguro médico, hoy no he vendido cinco centavos”, señala preocupado.
Agrega que se ha inscrito para obtener la Tarjeta Solidaridad, pero que sus diligencias han sido en vano hasta el momento. Dijo que fue visitado por personal del Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN) en Guachupita, en la calle San Martín de Porres, edificio W 102, sin embargo aún no obtiene la tarjeta.
Teodoro agradece a Dios y al ex presidente Joaquín Balaguer, ya que durante uno de sus gobiernos le fue asignado el apartamento en donde vive, en Guachupita, lo que le ha permitido paliar su precaria situación económica.
También agradece la ayuda que recibe de todos sus compañeros vendedores de billetes que siempre están dispuestos a auxiliarlo si presenta alguna dificultad, debido a su impedimento.
Agrega, que a través del tacto puede identificar las denominaciones de las papeletas, y devuelve sin problema alguno.
Fuente: http://www.elnacional.com.do/
Imagen: foto de Teodoro
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