Se coronó por tercera vez desde 2005 como el mejor en el torneo de ciegos y baja visión
Imagen: foto de Roberto
Hace unos ocho años, la vida le empezó a cambiar a Roberto Vaquero. Los colores, las formas fueron desapareciendo paulatinamente hasta que prácticamente perdió la visión.
Padece glaucoma pigmentada y necesita de un bastón o un guía para poder caminar. Sólo ve un diez por ciento con su ojo derecho. Con el otro, nada. Este hombre, de 56 años, tiene cinco décadas en el deporte ciencia. Su tío José Alfredo Vaquero, aficionado al ajedrez, le dejó ese legado, cuenta.
Hace unos dias , se coronó por tercera ocasión como el mejor del Campeonato Nacional de Ciegos y Baja Visión, después de firmar tablas con Alejandro Pasacin y terminar invicto con 6.5 puntos. Desde 2005, además, ha ganado dos subcampeonatos, y ha representado al país en eventos internacionales. Es actualmente el segundo de Centroamérica, y en junio de este año irá a San José, Costa Rica, a tratar de mejorar esa destacada posición.
"Quiero hacer un reconocimiento a mi padre, el título es para él, Carlos Manuel Vaquero", dice emocionado.
Vaquero volvió a hacer alarde de su filosofía de vida: "La discapacidad sólo existe en la mente". En la práctica, todo depende de cada persona. Él es, además de un destacado jugador, escritor y poeta. Está en el proceso creativo de un libro en estos momentos, en el que hablará de su vida y de sus experiencias como no vidente.
Cuando comenzó a perder la vista, cuenta que "fue difícil la transición. Hay que tener voluntad, disciplina, ganas de superación, agallas", dice.
Otras facetas
También es pintor. Siempre fue aficionado a este arte. "Me gustaba para pasar el tiempo". Pero hace unos ocho años, cuando comenzó a sufrir el glaucoma, se inscribió en la Escuela de Ciegos Eugenia de Dueñas. Actualmente es pintor de la Tonatiú, academia de arte de pintores ciegos y otras discapacidades de El Salvador. Y su nombre artístico es Ravach. Tiene un sitio web (http://www.ravach.webs/ ) donde se puede ver un poco de su obra artística y por la que ganó, en 2007, el Premio Único de Pintura figurativa en el Certamen Latinoamericano de la Fundación Rozas Botrán, en Guatemala.
Previamente, estudió cuatro años de ingeniería industrial en la Universidad Nacional, algo que es más relevante aún por las dificultades que ha pasado. Le cuesta la parte mecánica del habla (no así la estructura del lenguaje, que domina perfectamente) debido a una parálisis cerebral que sufrió siendo niño.
Pero eso no ha sido un impedimento para que sea un destacado personaje. Vive del arte. Vende en postales sus pinturas. Esta semana, estará en el Centro Financiero el martes y miércoles; el jueves, en la Biblioteca Nacional y el domingo, en las Fuentes Beethoven.
Su lema es "sin miedo a la locura". Es una frase muy sencilla y común, afirma, pero que "encierra mucho en lo profundo. Se requiere agallas, coraje para llevarlo a la práctica".
Este hombre es un campeón distinto. No por su parálisis cerebral o el glaucoma, sino porque, a pesar de las vicisitudes, se ha convertido en una persona de éxito en el deporte y el arte. Vaquero recibirá un homenaje en mayo próximo.
Fuente: http://www.elsalvador.com/
2 comentarios:
BRAVO,toda una prueba de superación
CLARO QUE SI!!!! CUANTO DEBEMOS APRENDER!!!
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