Las lentes intraoculares se están convirtiendo en la alternativa preferida de los miopes que quieren abandonar las gafas. Una revisión de estudios realizada por la biblioteca 'Cochrane' confirma que se trata de un método más seguro que el láser y mejor aceptado por los pacientes.
Intervención de cirugía oftalmólogica. (Foto: José Cuéllar)
Los autores del análisis creen que ha llegado la hora de plantearse la extensión de las denominadas lentes fáquicas a todos aquellos individuos con miopía que lo deseen y cumplan los requisitos para someterse a la intervención, y no sólo a los que tienen más dioptrías.El láser oftalmológico constituye un tratamiento más definitivo, ya que con él se talla la córnea (quitando una parte para que adquiera la forma idónea) para conseguir que el ojo enfoque las imágenes correctamente. El segundo procedimiento estudiado, más reversible, consiste en la colocación de una delgada estructura sintética frente a la lente natural.
Los investigadores revisaron los datos de tres ensayos clínicos que comporaron los dos tipos de cirugía, que incluyeron en conjunto 228 ojos operados en 132 pacientes. Un año después de la intervención, el porcentaje de sujetos con una visión totalmente corregida era prácticamente idéntico para los dos procedimientos.
Sin embargo, los individuos que se sometieron a la implantación de lentes presentaron una mayor agudeza visual cuando llevaban gafas y una mejor sensibilidad al contraste. Asimismo, mostraron una mayor conformidad con la técnica en los cuestionarios de satisfacción.
Tan sólo existe un pero que hace que los expertos contengan su entusiasmo por la técnica que parece estar llamada a reemplazar al láser. Y es que, hasta ahora, no se han investigado los problemas que pueden surgir transcurridos varios años desde su colocación.
"Podría haber más efectos secundarios exclusivos de los pacientes con lentes intraoculares fáquicas que no son evidentes tras un año de seguimiento", señala el autor principal de la revisión, Allon Barsam, del Hospital Ocular de Moorfields de Londres (Reino Unido). De momento, no se ha llegado más allá de los 12 meses y en ese plazo únicamente se ha apreciado un riesgo ligeramente superior de cataratas en quienes se someten a este tipo de intervención.
Fuente: http://www.elmundo.es/
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