Isabel Pinilla y Nicolás Cuenca, en Oviedo.
La sal biliar extraída de la vesícula de los osos, detalló ante los enfermos asturianos de retinosis, "es un remedio de la medicina tradicional china". El gigante asiático tiene varias granjas de bilis destinadas a extraer la gran cantidad de ácido ursodesoxicólico que producen las vesículas de los plantígrados. El problema para avanzar en las investigaciones con esta sustancia es su precio. "Nosotros no matamos osos", tranquilizó Cuenca. "Y comprar tres gramos de este producto son 4.000 o 5.000 euros para hacer un experimento con cinco ratones".
El uso del azafrán para los problemas de visión, por su parte, procede de los oftalmólogos de Irán y se explica por las propiedades antioxidantes de esta flor. El biólogo desveló que ambos remedios tradicionales están formando parte de un estudio en Albacete, con el que se está comprobando una mejor respuesta de la retina, menos degeneración en los vasos del ojo y una mejor conservación de los conos --las células de la retina encargadas de la visión en colores--.
Cuenca detalló el resto de terapias que podrían ayudar a los más de 250 asturianos que sufren retinosis pigmentaria, entre las que figuran una cápsula que se implanta en el ojo mediante una intervención quirúrgica y va liberando proteínas que evitan el deterioro de las células oculares que absorben la luz. Las posibilidades para tratar esta enfermedad, cada vez más cercanas a la ciencia-ficción, pasan también por la terapia génica o la implantación de un microchip conectado a los nervios ópticos que habilita un sistema de visión artificial.
La asociación asturiana de retinosis pigmentaria, que celebra este año su vigésimo aniversario, también abordó en su sesión científica el tratamiento con células madres, con la visita de la oftalmóloga Isabel Pinilla, investigadora del hospital Miguel Servet de Zaragoza y en la universidad estadounidense de Wisconsin (Madison).
El proyecto en el que participa, adelantó, establece un sistema para el cultivo de células madre de la retina a partir de otras procedentes de la piel. Aún es pronto, indicó la científica, para conocer cuándo podrá aplicarse esta técnica en los humanos, pero el paso que ya se ha dado es de gigante. El procedimiento permite obtener una "cantidad discreta" de células que se están empezando a trasplantar en animales. "Hace dos años, estás células no se conocían", recordó.
Fuente: http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=546923
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