Carlos e Inmaculada, que se quedaron ciegos en sendos accidentes de tráfico, han comprobado que hay dos sentidos más importantes que el de la vista: el sentido común y el del humor.
Hoy, Andrés Cárdenas publica en la edición impresa de IDEAL un reportaje sobre Carlos e Inmaculada y cómo afrontan su ceguera.Carlos, que perdió la vista en un accidente de moto hace 20 años, lleva media vida en la total oscuridad. Ahora, a los cuarenta, cuenta que sus momentos malos se quedan con él pero tampoco se quería pasar la vida lamentando. Carlos asegura que se acuerda muy bien de cómo era Granada cuando él tenía 20 años y que sus pensamientos no son en absoluto negros, "es más, cuando sueño lo hago en colores".
Inmaculada, en cambio, nació con una deficiencia visual. Era miope y con unas gafas apropiadas se defendía bastante bien. Hace siete años, un accidente fue el causante de que se quedara totalmente a oscuras. En vez de deprimirse, Inmaculada intentó seguir viviendo con su problema. No pudo seguir siendo profesora, como era hasta su accidente, pero ahora -a través de la Once- da clases de cocina a personas invidentes. Inmaculada también es luchadora en el tema de concienciación de los organismos públicos para que adapten los espacios pensando en las personas que no ven.
Fuente. http://www.ideal.es/
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