El cotilleo ("chisme") no sólo puede afectar a la opinión que tenemos sobre una persona, sino que, según una investigación de la Universidad del Noroeste de Boston (EE.UU.) influye en actitudes más primarias como la percepción visual.
Imagen: foto miradaEn concreto, cuando recibimos información negativa sobre un sujeto tenemos más posibilidades de fijarnos en su cara que cuando estas informaciones son positivas o neutras, según una información de la plataforma SINC recogida por Europa Press.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores tomaron en cuenta el fenómeno de la rivalidad binocular, por el que alternamos nuestra visión cuando nos exponemos a dos estímulos visuales diferentes al mismo tiempo. Además, se contó con la colaboración de 117 sujetos, que fueron divididos en dos fases de estudio: 66 participaron en la primera y 51 en la segunda.
En una primera fase, se expusieron caras neutras (sin expresión emocional) sobre las que se había referido una descripción de un comportamiento negativo (por ejemplo, una patada a un perro), un comportamiento positivo (del tipo 'ayudó a una mujer mayor con sus compras') o un comportamiento neutral. En total, se expusieron 20 caras para cada categoría y cada cara fue presentada cuatro veces.
Posteriormente, en una segunda fase se mostraron las caras con asociación negativa y se agregaron 20 caras nuevas para utilizarlas en un experimento de 'rivalidad binocular', por el que, en cada ensayo, se le enseñó al participante una cara para un ojo y una casa para el otro.
Los resultados indican que cuando el sujeto tenía que elegir entre la casa y la cara no había diferencias cuando la relación de chismes era positiva o neutra, pero sí cuando a la cara se le había asociado una información de carácter negativo. Así, en este último caso, lo más probable es que el sujeto se fijase en la cara.
Aunque los científicos no saben el mecanismo biológico subyacente, la hipótesis que barajan es que las regiones del cerebro que están implicadas en los sentimientos y el aprendizaje emocional están conectados con el sistema visual, y también a las regiones subcorticales del cerebro que forman parte de la percepción.
"Estas regiones que se proyectan a zonas del cerebro implicadas en la regulación de la atención, a su vez podrían influir en la facilidad con la que se ve una cara", explica la profesora de psicología de la Universidad del Noreste (EE UU), Lisa Barrett.
"Este hecho puede formar parte de nuestra evolución, ya que ayuda a protegernos de los mentirosos y los tramposos. Si los vemos durante más tiempo, tal vez podamos obtener información más precisa sobre su comportamiento", argumenta la investigadora de la Universidad del Noreste y coautora del estudio, Erika Siegel.
Fuente: http://www.europapress.es/
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