Los servicios de salud ocular dependen en gran medida de la tecnología que incluye desde equipos básicos, como un oftalmoscopio, hasta equipos muy complejos, tales como los láser, e independiente de su complejidad, toda tecnología tiene que ser seleccionada y gestionada correctamente.
Imagen: equipo oftalmologico
La proliferación de la tecnología en muchos países ha superado la capacidad de sus instituciones para seleccionar, mantener, administrar y utilizar la misma. Al observar cómo los equipos médicos se utilizan en las instituciones de salud ocular en los países en desarrollo se hacen evidente numerosos problemas que plantean graves obstáculos para prevenir y tratar la ceguera. Según la Organización Mundial de la Salud hasta el 50% de los equipos médicos en los países en desarrollo no son funcionales.
Sin el tipo correcto y la cantidad apropiada de equipos en buen estado de funcionamiento, los pacientes tienen que resignarse a no recibir el tratamiento requerido, esperar hasta que el equipo se haga disponible o viajar a otra ciudad, provincia o país que tenga el equipo necesario. Esto sin duda tiene un efecto negativo sobre la eficiencia y la efectividad de los servicios de salud ocular puesto que el tiempo de inactividad de equipos se traduce en disminución del flujo de pacientes, pérdida de la confianza del paciente en el sistema de salud y en una reducción de los ingresos. Además, el equipo inadecuado o el mantenimiento deficiente expone a los pacientes a riesgos de seguridad elevados y a resultados clínicos negativos.
La mayor parte de la tecnología para la salud en el mundo se produce en un pequeño número de países desarrollados. El resto de los países dependen de la transferencia de tecnología. Equipos oftalmológicos provenientes de países desarrollados no siempre están diseñados para el uso óptimo en las economías en desarrollo. Este problema se agrava por las donaciones de equipos inadecuados, que rara vez toman en cuenta las necesidades de los beneficiarios y a menudo las donaciones en vez de proporcionar beneficios generan una carga adicional al hospital.
Muchas de las instituciones que proveen salud ocular en los países en desarrollo no practican la Gestión de la Tecnología de Salud (GTS), el cual se puede definir como un enfoque responsable y sistemático para garantizar que los equipos médicos estén disponibles de manera costo-efectiva, adecuada y segura para satisfacer con calidad las necesidades de los pacientes. GTS incluye: evaluación de la tecnología, planificación, contratación, gestión de inventarios, mantenimiento de equipos, la gestión de los proveedores de equipos y de servicios de mantenimiento, la capacitación del personal de mantenimiento de equipos y usuarios, y la reducción de incidentes adversos relacionados con la tecnología.
A pesar de que algunos elementos de las políticas gubernamentales que cubren la tecnología de salud, puedan estar bien establecidas, por ejemplo las políticas en medicamentos, otros elementos primordiales como la infraestructura y el equipamiento permanecen olvidadas. Estos elementos descuidados resultan en que no haya ninguna responsabilidad para la gestión eficaz y el uso adecuado de tecnología resultando en atención oftalmológica inadecuada.
Suponiendo que sólo el 15% de los equipos médicos en el mundo no estén funcionales, las pérdidas financieras podrían ser estimadas tan altas como 12.8 mil millones de dólares a nivel mundial. Sin embargo, este problema no se reconoce. A modo de ejemplo, en un país en desarrollo, una protesta pública se produjo cuando en un año los medicamentos valorados en 3 millones de dólares tuvieron que ser destruidas porque habían expirado. Al mismo tiempo, el stock de equipos en desuso en dicho país fue de alrededor de 90 millones dólares y esto pasó desapercibido. No tomar en cuenta los costos del ciclo de vida de los equipos médicos es también un problema común, ya que normalmente se presupuesta la inversión capital inicial y esta solo representa en promedio aproximadamente 20% del costo total que se incurre durante la vida completa del equipo.
Los países en desarrollo tienen dificultades para formar y retener técnicos especializados en la gestión el mantenimiento de equipos médicos. Los sueldos en el sector privado son generalmente mucho más altos que en el sector público, por lo tanto profesionales y técnicos calificados son removidos del servicio nacional de salud para trabajar en las empresas privadas. Rara vez existen programas de capacitación y desarrollo profesional diseñado para retener al personal técnico de mantenimiento. La formación de los usuarios de equipos es también un área muy importante y descuidada. Un estudio realizado en Suiza estimó que el 60% de los fallos de los equipos médicos se pueden atribuir a la mala utilización por parte del operador.
Muchas unidades de compras ni siquiera consultan con los usuarios y ni con los responsables del mantenimiento de los equipos acerca de sus necesidades. Esto se traduce habitualmente en compras inadecuadas. Además, la larga espera para obtener piezas de repuesto y equipos de reemplazo resultan en la interrupción del servicio a los pacientes.
Los problemas mencionados no son exclusivos de los países pobres. Muchos de los países emergentes en Latinoamérica están actualmente invirtiendo decenas de millones de dólares en tecnología médica sin pensar mucho en los requerimientos para sustentar dicha tecnología. Afortunadamente, en algunos países Latinoamericanos se han reconocido estos problemas y se han comenzado a formular estrategias para mejorar la situación (ver artículo en la página #).
La creación de capacidad en el ámbito de la gestión de tecnología en salud es esencial para el éxito de cualquier programa de salud ocular. Los profesionales de oftalmología tienen la necesidad de adoptar estrategias, políticas claras, y sistemas de gestión para la selección, la compra y el mantenimiento de la tecnología de salud ocular. Esto requiere la participación multidisciplinaria de políticos, educadores, administradores de salud, personal de adquisición, oftalmólogos, enfermeras, ingenieros clínicos y técnicos de equipos biomédicos.
Las siguientes son algunas de las intervenciones necesarias para mejorar la situación imperfecta de la tecnología utilizada en los programas de salud ocular:
Desarrollar y aplicar a los programas nacionales e institucionales de salud las políticas, directrices y reglamentos sobre tecnología.
Mejorar o crear programas formales de capacitación para gerentes de tecnología, ingenieros clínicos, técnicos de mantenimiento de equipos biomédicos y para los usuarios.
Diseñar e implementar políticas, procedimientos, sistemas y directrices para la selección de equipos, normalización, adquisición y gestión.
Establecer presupuestos de tecnología realistas que tomen en cuenta los costos del ciclo de vida de los equipos.
Establecer y seguir unas directrices claras para la evaluación y la aceptación de donaciones de equipos.
En esta edición especial de Salud Ocular Comunitaria se proporciona orientación practica sobre diversos aspectos del mantenimiento y la gestión de equipos oftalmológicos. Las recomendaciones contenidas en esta edición pueden ser aplicadas por personal de todo nivel en cualquier servicio de salud ocular. Estoy convencido de que al leer esta edición, van ha tener mejor conocimiento de lo que se requiere para asegurar que la tecnología les rinda lo mas posible y contribuya lo máximo a la salud ocular de su comunidad.
Ismael Cordero
Ingeniero Clínico Senior, ORBISInternational, EEUU.
Fuente. http://theantpower.com/cehj/
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