Juan de Rosa Sánchez, músico del interior del Ñeembucú, venció y sigue superando sus limitaciones para crecer artísticamente. De origen humilde nació en el aislado pueblito de Potrero Esteche Laureles.
Imagen: foto de Juan tocando el arpa.
Considerado un niño prodigio, cuando apenas con 5 años ya ejecutaba la guitarra. Registran su identidad 11 años después de su nacimiento en el pueblo de Desmochados, tiempo en el que aprende a ejecutar su instrumento favorito, el arpa.
A las dificultades que ya representa crecer en una humilde familia campesina, Juan de Rosa sufrió a los 15 años, uno de los golpes más grandes de su vida. Por falta de atención especializada un glaucoma lo dejó ciego.
En su mundo de sombras, lejos de deprimirse y abandonar la ejecución de instrumentos musicales, sigue explorando su potencialidad. En poco tiempo aprendió, con un instrumento prestado a ejecutar perfectamente el acordeón.
La ceguera lo apartó de las aulas escolares, pero no del trabajo, sumando sus esfuerzos en la pequeña chacra de sus padres. Ciego y analfabeto lideró junto a su hermano Ildefonso Sánchez el conjunto “Los hechiceros del Ñeembucú”, con el que recorrió el duodécimo departamento, durante 17 años. Posteriormente, el grupo “Los tres folcloristas del arte” y actualmente es integrante del conjunto “Los Galanes del Sur”.
Juan de Rosa Sánchez señala que se siente orgulloso de ser uno de los pocos músicos que vive de su trabajo en el sur. A pesar de sus limitaciones y la imposibilidad de leer y escribir partituras, su talento lo llevó a crear un total de 20 composiciones musicales, que guarda en su privilegiada memoria.
En varias oportunidades su talento ha sido reconocido por diversas organizaciones, lo que le ha permitido ser beneficiario de una pensión graciable.
Aprende a leer y escribir
Sin detenerse en su afán de seguir avanzando en la vida, desde el 2009 se ha integrado a la Escuela de Ciegos de Pilar y actualmente ya tiene la capacidad de leer y escribir en Braille. Con sacrificio, Sánchez acude regularmente a clases. Señala que sus compañeros y él requieren ayuda de instituciones para llegar a la meta.
Uno de los pedidos es un vehículo que les permita trasladarse hasta el local de enseñanza, considerando el impedimento que tienen para movilizarse solos.
Registrar composiciones
Una de sus mayores aspiraciones es lograr el registro de sus composiciones musicales. Dijo que para ello requiere recursos económicos y que espera que surjan del apoyo de alguna organización en el marco del Bicentenario de la independencia. Inscribir sus temas en Autores Paraguayos Asociados (APA) sería concretar el sueño de su vida.
También a su 51 años, sigue esperando que un milagro le recupere la vista.
Fuente: http://www.abc.com.py/
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