Dos prestigiosos oftalmólogos israelíes aseguran que el glaucoma se cura, siempre que se diagnostique a tiempo
Nadie está libre de usar gafas. El proceso natural de envejecimiento afecta, incluso, a los ojos más sanos. ¿Cómo? El músculo ciliar y el cristalino pierden elasticidad y, en consecuencia, empieza a haber dificultades para ver de cerca. Esa merma de capacidad no es repentina. Comienza en la juventud, se hace patente en torno a los 40 ó 45 años y afecta prácticamente al 100% de las personas de más de 50 años. Es raro encontrar a alguien que, al llegar al medio siglo, no guiñe para leer o alargue el brazo.
Imagen: Los doctores israelíes Moshe Luski, a la derecha, y Joseph Frucht-Pery.
Joseph Frucht-Pery y Moshe Luski son dos prestigiosos oftalmólogos israelíes que ejercen la docencia en las universidades de Jerusalén y Tel Aviv. Han estado en España para presentar los últimos avances en su especialidad y, de forma especial, los relacionados con el trasplante de córnea y el glaucoma. Los expertos sonríen cuando se les pregunta por la intervención para corregir la presbicia. Acto seguido, a modo de respuesta, se llevan la mano a la chaqueta y sacan sendos pares de gafas para leer. «La cirugía de la presbicia aún no da buen resultado», aseguran.
Esta afirmación contrasta con las campañas divulgativas que, de un tiempo a esta parte, se llevan a cabo para promocionar operaciones con las que decir adiós a la vista cansada. «Se están intentado pero, de momento, no se puede asegurar su éxito. Es impredecible», asegura el doctor Frucht-Pery, especialista en enfermedades de la córnea.
El experto de la Universidad Hebrea de Jerusalén es tajante. «De momento, no se la recomiendo a nadie». Y se explica: «La cirugía refractiva con láser no da buen resultado porque compromete la visión lejana. No tiene sentido intervenir a alguien para que vea bien de cerca, si luego tiene que usar gafas para lejos». Añade que otra cosa muy diferente es que alguien se opere de cataratas y se aproveche esta intervención para colocar una lente intraocular que permite mejorar la visión cercana.
Joseph Frucht-Pery se refiere a los avances quirúrgicos de los últimos veinte años que han permitido quitarse gafas y lentillas a millones de personas. Sólo en España se realizan cerca de 300.000 intervenciones anuales para eliminar o reducir la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Dos décadas de trayectoria permiten ya hacer un balance de resultados fiable. «A comienzos de los 90 se empezó a practicar una cirugía diferente aunque con técnicas que hoy nos resultan primitivas. Tenemos ya informes de aquellos primeros pacientes que se operaron. El balance es bueno. Las personas con muchas dioptrías, de quince a veinte, están felices. En quienes tenían menos de diez puede haberse dado una pequeña variación».
El oftalmólogo añade que en estas dos décadas los tratamientos «han mejorado notable». Sin embargo, advierte a quien tenga la intención de operarse que «el éxito completo no está asegurado porque nunca hay un total de exactitud ni un 100% de ausencia de riesgo». No deben crearse falsas expectativas, porque «el espectro de patologías del ojo es tan amplio que no existe nada bueno para todo el mundo. Las gafas y las lentillas no están llamadas a desaparecer. Tienen mucho futuro», bromea.
Prevención
Su colega, especialista en glaucoma, se refirió a esta enfermedad que es la segunda causa de ceguera -por detrás de la diabetes- en el mundo y la primera en África y en la población afroamericana. Moshe Luski señaló que la única prevención es «el diagnóstico precoz». El daño del nervio óptico que reduce el campo visual «se puede parar si se corrige a tiempo». El oftalmólogo del Rabin Medical Center de Tel Aviv detalla que en la actualidad existen «tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y de láser para detener» la enfermedad. Por ello, es imprescindible acudir cuanto antes a los médicos.
Si no existen antecedentes familiares, el experto recomienda ir a una consulta oftalmológica a los cuarenta años y, a partir de esa edad, repetir las revisiones al menos cada dos. En caso de haber historial familiar de glaucoma, dado que se considera un factor de riesgo, debe hacerse antes de cumplir los treinta. «A diferencia de lo que ocurría hasta hace dos décadas, el glaucoma tiene solución. Si se coge a tiempo, no se produce pérdida visual y se evita la ceguera», insiste. Esto es posible, concluye, gracias a las medicinas de última generación y a la sofisticada cirugía cada vez menos invasiva
Fuente:http://www.ideal.es/
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