Es ciega y ganó la medalla de plata en los 100 metros pecho en el Mundial de Natación organizado por el Comité Paralímpico Internacional.
Su increíble historia.
Imagen: Nadia Báez entrena en el CENARD
Comenzó su carrera profesional tarde, dice ella. Sin embargo, cuando llegó segunda en los 100 metros pecho del Mundial de Natación organizado por el Comité Paralímpico Internacional que se disputa en Holanda, la no vidente Nadia Báez se llevó mucho más que una medalla de plata.
Cauta y serena, Nadia, una joven de 21 años que vive en su Moreno natal y que fue perdiendo la visión progresivamente, habló con 442 desde su habitación de hotel en Eindohoven sobre las sensaciones que la invadieron tras su increíble logro. Y es que su participación en los 100 metros pecho no solo le valió una presea, sino que además, con un tiempo de 1m34s59, estableció un nuevo récord panamericano.
Además, durante el Mundial, en 400 metros libres Nadia entró a la final y quedó sexta con un tiempo de 6:09,55, en los 50 metros libres terminó 5ta con un tiempo de 0:33,30, quedando muy cerca del podio y en la final de los 100 metros libres salió 6ta con 1:18, 33. En todos los casos pudo mejorar su marca personal.
A partir de la medalla, el nombre de Nadia comenzó a verse en los medios de comunicación. Ella, quizá aún sin conciencia de su mérito, se muestra sorprendida. “Mis compañeros me contaron que salió una nota en Fox Sport, otra en C5N. ‘¡No! ¿Por qué lo pasan? ¡No lo pasen!’”, dice con vergüenza y ríe. Es que recién instalada en Holanda comenzó a darse cuenta del lugar que alcanzó. “Saber que es un Mundial, y más, que es mi primer Mundial, es increíble”.
Nadia empezó a entrenar en alto rendimiento a los 16 años, aunque ya frecuentaba las piletas desde los diez, cuando se ejercitaba una vez por semana porque le gustaba y como parte de una rehabilitación. Hoy, entrena cuatro horas por día de lunes a sábado bajo las ordenes de la entrenadora alemana Marion Laub, y cuenta con una beca otorgada por la Secretaría de Deportes de la Nación.
De la mano de Laub, que está a cargo de la selección, Nadia ya pasó por varias competencias, tanto nacionales como internacionales, e incluso participó de los Juegos Paralímpicos en Beijing 2008, donde terminó quinta en la serie de los 100 metros libres y sexta en los 50 libres. Además de la beca de la Secretaría de Deportes, Nadia cuenta con el apoyo de la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (FADEC).
Perder la visión.
Si hay algo que ayudó a Nadia a vivir con la ceguera fue el apoyo que recibió tanto de parte de su familia como de los profesionales. “Yo nací con tumores en las retinas, y fui perdiendo la visión progresivamente hasta los 16 años”, explica.
“La verdad es que por suerte tuve buen acompañamiento. Y al haber sido progresivo me fui adaptando bien. Además, tuve un buen acompañamiento de la escuela especial. Hay muy pocos docentes buenos, pero por suerte me tocaron a mi. La verdad, no fue duro”, recuerda.
Nadia dedica muchas horas por día al entrenamiento. El tiempo que resta lo usa para estudiar psicología, carrera que comenzó hace poco en la Universidad, y para estar con su familia y amigos. “En mi casa desayuno, ceno y duermo, nada más”, aclara, pero no se queja. Hasta hace unos meses, también compartió momentos con Diego Cerega, su ex novio y uno de los futbolistas de Los Murciélagos, el seleccionado argentino de fútbol para ciegos. Pero la relación ya terminó. Los días de Nadia, cuando no compite, trascurren con normalidad. “Excepto comprarme un auto para poder manejar, el resto va todo bien”.
Fuente: http://442.perfil.com/
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