La obesidad no está asociada con un mayor riesgo de sufrir un glaucoma primario de ángulo abierto (POAG, por sus siglas en inglés). De hecho, un mayor índice de masa corporal (IMC) está asociado en las mujeres a un menor riesgo de sufrir una variante del POAG conocida como glaucoma de tensión normal (NTG, siglas en inglés). Lo han descubierto investigadores del Massachusetts Eye and Ear Infirmary
Imagen: mujeres con obesidad
El glaucoma es una enfermedad compleja que daña el nervio óptico y puede causar ceguera, el POAG es su variante más común. Una presión ocular elevada (presión intraocular o IOP, por sus siglas en inglés) está muy unida a los daños en el nervio óptico. En el mercado hay tratamientos efectivos para controlar la IOP y ayudar a los pacientes con glaucoma a proteger lo mejor posible su visión.
En personas con NTG, los daños en el nervio óptico aparecen incluso a pesar de que su IOP no sea elevada, como lo definen los actuales estándares. El diagnóstico y tratamiento de la NTG representa un reto importante para oftalmólogos y pacientes.
Según el investigador Louis R. Pasquale, líder del equipo de investigadores que realizó este estudio, "entender el mecanismo que dirige el IMC y otros factores de composición corporal en relación con la POAG podría ayudar a resolver algunos misterios relacionados con esta compleja enfermedad".
"Es razonable especular con la posibilidad de que los factores controlados hormonalmente y liberados del tejido adiposo o la masa muscular puede alterar el riesgo de sufrir NTG en las mujeres. Una IMC mayor en las mujeres postmenopaúsicas está relacionado con mayores niveles de estrógenos, que pueden afectar a los receptores de estrógenos en el nervio óptico", explica.
En este estudio participaron 78.777 mujeres participantes en el Nurses Health Study (de 1980 a 2004) y 41.352 hombres participantes del Health Professionals Follow-up Study (de 1986 a 2004). En las mujeres, cada unidad más de IMC se asoció con una reducción del 6 por ciento del riesgo de NTG. También en mujeres, tener un mayor IMC durante la juventud adulta estaba asociado con un menor riesgo de NTG.
En hombres, el IMC no estaba asociado con la POAG. Además, el hecho de que la mayoría de los participantes fueran caucásicos hace que las conclusiones de este trabajo se limiten a este grupo de población.
Para el doctor Pasquale, si la relación entre POAG e IMC y otros factores corporales se aclara con más investigaciones, podrían desarrollarse nuevos tratamientos para los pacientes con PAG, sobre todo para aquellos que tienen la variante de tensión normal de esta enfermedad.
Fuente: http://noticias.lainformacion.com/
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