Los nuevos dispositivos de lectura electrónica, que incorporan motores de síntesis de voz, permiten a las personas ciegas acceder a la gran biblioteca digital
Imagen: María Jesús Varela escucha un libro electrónico en un iPad
Los ciegos son uno de los colectivos que más leen. A pesar de que tienen ante sí la barrera de un mundo diseñado para usarlo a simple vista. Pero las nuevas tecnologías, con la introducción de los libros electrónicos ( e-books ) y los dispositivos informáticos de lectura, han abierto una puerta para que las personas invidentes o con deficiencias visuales puedan acceder a la gran biblioteca universal en formato digital.
La lucense María Jesús Varela dirige en Madrid el Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica (CIDAT) de la ONCE. Varela explica que hasta ahora la ONCE tenía que editar en sistema braille o grabar en audiolibro los títulos que le demandaban sus afiliados, pero que ahora, junto a otras organizaciones de ciegos de todo el mundo, participa en el consorcio internacional que desarrolla el soporte Daisy. «Es un formato digital, que se lee a través de un reproductor similar a los MP3 y que permite estructurar el libro, de forma que además de escuchar el texto, ya sea grabado con una voz humana o mediante un mecanismo de síntesis de voz, puedes navegar por los diferentes capítulos, poner marcas, subrayar o desplazarte a una página concreta, lo que puede ser fundamental para que un niño ciego que está en clase vaya a la página que le pide el profesor», aclara Varela.
Francisco Martínez, representante de la ONCE en el consorcio Daisy, subraya que el gran reto de futuro es conseguir que tanto los editores como los fabricantes de lectores electrónicos incorporen el sistema Daisy: «Hay una oportunidad muy buena, porque entre los ocho o diez formatos de libro electrónico que existen todas las grandes editoriales del mundo están eligiendo ahora el ePub, que ya incorpora características de Daisy. Si unificáramos los dos sistemas, tanto los reproductores como los libros podrían ser utilizados por todas las personas».
Menús hablados
Esa vía aún no se ha abierto (al menos no del todo), pero sí la de la tableta y el teléfono móvil de moda. «El iPad y el iPhone tienen menús hablados, puedes descargar un libro y luego lo leen mediante síntesis de voz, que es ese motor que transforma automáticamente en voz un documento, siempre que esté en formato texto y no sea una simple imagen», comenta María Jesús Varela, que pone a esta firma como ejemplo de un fabricante que apuesta por universalizar sus productos: «Si Apple lo ha hecho, ¿por qué no el resto? Pensábamos que las pantallas táctiles no iban a ser accesibles nunca y luego hemos comprobado que sí, porque la tecnología lo permite todo. Solo hay que poner interés y recursos».
La idea que subyace es la normalización, que no haya que crear una atmósfera diferente y protegida para los ciegos. «Queremos que puedan hacer lo mismo y utilizar los mismos aparatos que todo el mundo», sentencia Varela.
Por ahora la bibliografía que está al alcance de los invidentes representa un porcentaje casi testimonial del total. «De los 100.000 títulos que se publican al año en España, la ONCE, con todos sus recursos, solo consigue publicar en formato accesible apenas un 3% o 4%, que no está mal, porque pocas editoriales pueden jactarse de publicar al año 3.000 o 4.000 libros. Pero si superamos los escollos del formato y de los reproductores, entonces sí que va a ser la revolución del libro para la persona ciega», apostilla Francisco Martínez.
Una revolución que ya apunta al libro del futuro. El que se leerá con otros ojos. Con los únicos que ven de verdad.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/
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