INVESTIGACIONES DE LIVERPOOL Y VALLADOLID EN FORMA CONJUNTA
Imagen: José Carlos Pastor y John Caldwell, vicerrector de Liverpool, durante la firma. Detrás, segundo por la izquierda, el codirector, Paul Hiscott
El punto de unión fundamental entre el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) y el centro británico es la terapia celular. La ya amplia trayectoria en esta investigación del equipo vallisoletano permite aportar su experiencia, más avanzada, en trasplantes celulares de la superficie ocular, proyecto dirigido, y ya con ensayos clínicos, por la investigadora Margarita Calonge, con el apoyo del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), de la mano de Ana Sánchez, que ha aportado la producción celular. De hecho, ya son 30 los pacientes sometidos a esta intervención y ahora se trabaja en un proyecto para emplear células madre extraoculares que permita tratar a personas con los dos ojos enfermos.
Por su parte, el Reino Unido cuenta con una fuerte estructura en terapia celular y con el hospital universitario de Liverpool, especialista reconocido en terapia génica. La oftalmología británica utiliza sistemas y técnicas únicos en Europa. Según explica el doctor José Carlos Pastor, director del IOBA, «los especialistas de Liverpool tienen una gran experiencia, con 90.000 pacientes con este problema dependientes del mismo, y formada técnica en rotación de la retina y traslocaciones de la mácula, aplicadas desde hace años, que queremos aprender a manejar». La realización de estas técnicas y, sobre todo, el control de sus posibles complicaciones, es fundamental para abordar con éxito los trasplantes de epitelio pigmentario de la retina como tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad que desarrolla el instituto vallisoletano.
Las dos universidades «tienen mucho que compartir y, aunque hace un año el Ministerio de Ciencia e Innovación rechazó avalar este proyecto en la convocatoria a la que nos presentamos, hemos decidido ponerlo en marcha porque hay mucho que compartir, y acudir así juntos con proyectos a financiaciones de la Unión Europea o de empresas farmacéuticas», explica Pastor.
El pacto fue rubricado en Liverpool por el vicerrector ejecutivo de su Universidad, John Caldwell, y el anterior rector de la UVA, Evaristo Abril -la firma se pospuso por problemas de vuelo en la fecha para la que estaba prevista y aún no había habido elecciones en la Universidad ni, por lo tanto, cambios-; aunque en cualquier caso y dado que afecta exclusivamente al área de ciencias de la visión, el interlocutor fue el catedrático y director del IOBA, José Carlos Pastor.
En cuanto a su aplicación clínica, es algo que favorecerá también este convenio porque permitirá acelerar el proceso, dado que Liverpool ya dispone de los permisos necesarios para hacerlo.
Cinco años de vigencia
El acuerdo, que tiene una vigencia revisable de cinco años, no solo pacta la investigación conjunta incluyendo publicaciones científicas, sino que aborda la citada financiación de programas en áreas de interés mutuo, visitas e intercambio de personal académico para la investigación de asuntos relacionados con la oftalmología e intercambio de información entre ambos centros académicos; lo que permitirá disponer de un instrumento que estimule la formación de especialistas de ambos países.
Para el profesor Pastor, es de especial relevancia el intercambio de estudiantes entre Liverpool y Valladolid. «Nuestros médicos internos residentes en Oftalmología podrán pasar unos meses allí formándose, y los de ellos, acudir a Valladolid», destaca Pastor. «Es una ilusión incluso personal, se trata de estimular los llamados clínicos-científicos». «La investigación ha estado tradicionalmente relegada a la básica, biólogos, bioquímicos... y, por su cuenta, los clínicos. Así, los avances científicos perdían el contacto con la realidad que aportan los médicos con el paciente, los grandes avances están lejos del enfermo», explica. «De esta forma -añade Pastor- hay dos riesgos claros: o no llegas a la aplicación o te metes en un terreno en el que puedes tener éxito, pero sin que sirva para nada. La aplicación transaccional es fundamental y, para ello, hacen falta clínicos capaces de entender a los básicos y esto es lo que queremos estimular, que los mir no solo operen bien, sino que además valgan para la investigación».
Tesis doctorales
Además, el IOBA persigue que este trabajo tome realidad en forma de tesis doctorales con mención europea, es decir, que al pasar tres meses en una universidad extranjera y formar parte del jurado un miembro de la misma, el trabajo académico gane esta referencia.
El pacto académico servirá, por lo tanto, para avanzar en un territorio que ofrece extraordinarias posibilidades de desarrollo. Dado que ambos equipos coinciden en los trasplantes de epitelio pigmentario, se trata de no duplicar esfuerzos intercambiando información. El profesor Pastor indica que «no sé si la solución de la degeneración macular estará en las terapias avanzadas, génica o celular, pero desde luego pueden abrir caminos».
Los directores de este proyecto serán Paul Hiscott, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Salud y la Vida de la Universidad de Liverpool y Pastor, que además es miembro del comité de Gobierno de EURETINA, la sociedad que aglutina a los retinólogos europeos.
El acuerdo obliga a ambos responsables a coordinarse con frecuencia trimestral para analizar el progreso de las actividades conjuntas.
Durante la sesión científica que precedió a la firma del protocolo, el doctor Pastor expuso el avance de los trabajos en terapia celular y anunció que, actualmente, el IOBA está investigando en células madres no oculares (grasa) para transformarlas en otras capaces de reconstruir cualquier tejido. Así, anunció que, para antes de que acabe 2010, «está previsto elevar a la Agencia Española del Medicamento del Ministerio de Sanidad el protocolo que autorice a usar en pacientes dichas células».
Fuente: http://www.nortecastilla.es/
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LA DEGENERACION MACULAR AFECTA A 40000 MAYORES DE 65 AÑOS EN CASTILLA Y LEON
En la actualidad no existe cura, ni médica ni quirúrgica, para el tipo seco de esta patología, que es el más frecuente
La causa exacta de esta degeneración no se conoce. «Hay una relación clara con la edad y existe una predisposición genética», destaca el doctor José Carlos Pastor, director del IOBA. La enfermedad se comporta de forma muy similar en los distintos miembros de una misma familia. También se ha comprobado que en su desarrollo influyen algunos factores ambientales, como el tabaco o la nutrición. «Los ácidos grasos polisaturados de los pescados o los retinoides de las zanahorias, brócoli o tomates, o los frutos secos ejercen algún tipo de protección frente a esta degeneración», explica Pastor. Así, por ejemplo, hace 20 años esta enfermedad era inexistente en Japón, pero, al imponerse el estilo de vida occidental se ha convertido en un problema cada vez más frecuente.
El daño que produce la degeneración macular suele focalizarse en el área central de la retina (la mácula) preservando la zona periférica, por lo que solo aquello que el paciente mira aparecerá borroso, aunque conservando la capacidad de deambulación y de evitar obstáculos cuando camina. Así, esta enfermedad no deja completamente ciego a quien la padece, pero lo incapacita gravemente para desarrollar una vida normal.
Variedades
Se han diagnosticado dos tipos de degeneración macular asociada a la edad, la húmeda que es más grave, pero menos frecuente y con posible aunque muy caro tratamiento médico -inyecciones de antiangiogénicos que cuestan unos 1.200 euros cada pinchazo; se requiere uno cada cuatro o seis semanas-, y la seca, que es la que afecta a un mayor número de personas, para las que no existe remedio médico o quirúrgico alguno. A este último grupo, formado en Castilla y León por unas 30.000 personas, van dirigidas las terapias celulares que se prueban ahora en seres humanos en el hospital de Liverpool. En total, entre los dos tipos, y aunque no hay estudios específicos, «la extrapolación de otros trabajos permite calcular que hay 40.000 afectados en esta comunidad», indica Pastor, dado que afecta a entre el 6% y el 8% de los mayores de 65 años y el 23% de la población castellana y leonesa lo es.
El convenio firmado servirá «para transferir al IOBA las técnicas quirúrgicas, más rápidas y eficientes, que se utilizan en dicho hospital británico, de tal manera que los ensayos que se están haciendo allí puedan realizarse muy pronto en nuestro país», destacan fuentes de la Universidad.
Fuente: http://www.nortecastilla.es/
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