Se cree que sus ojos comenzaron a nublarse a los cuatro años, desde entonces el tacto y los oídos han sido su guía. El viernes será operado; debe aprender a conocer el entorno, los médicos aseguran que volverá a ver.
Imagen: Milton Alexis Chavez
El Salvador, Agencia Infancia Hoy.- Milton Alexis Chávez es un adolescente que durante años ha soñado con aprenderse las letras, escribir, leer y sumar, pero sobre todo con trabajar para ayudarle a su madre, una mujer humilde, de piel quemada, que se dedica a lavar ropa ajena.
Por hoy, la limitante de Milton son sus ojos. Una nube en el cristalino impide que tenga una buena visión, en ambos órganos.
Aprendió a desplazarse en un espacio de dos por tres metros de su casa de lámina y a jugar en el patio de tierra, con una pelota y carros, en compañía de su hermana menor. El tacto y sus oídos han sido su guía, pero no han sido suficientes para traspasar el cerco que divide el solar con la vereda que lo lleva a la escuela.
Sabe contar hasta el 20 y se puede las vocales, pero no puede sumar ni escribir, mucho menos dibujar. Sentado en el patio, Milton comenta que puede distinguir los colores y lo demuestra: dice que la persona que le está tomando fotografías viste una camisa rosada y quien lo entrevista una blusa blanca; él está en lo cierto.
Él, ni su madre, María Elena Chávez, saben precisar en qué momento dejó de ver. María solo recuerda que Milton se quedaba dónde lo dejaba, no se movía y por momentos lo descubría pasándose las manos frente a sus ojos.
"Él se tropezaba y se caía; yo le decía a mi compañero de vida que el niño no miraba bien, pero él me respondía que era Milton el que tenía las patas aguadas", dijo la señora mientras limpia las lágrimas que recorrían su rostro.
Hace dos meses, hasta su casa llegaron las buenas noticias. El viernes será operado y con ello nace la esperanza de que pueda recobrar su vista.
Un miembro de la Fundación Sueños conoció a la familia del menor. Viven en el cantón El Sunza, en Izalco, Sonsonate. El menor chocaba con varios objetos y por momentos se caía, fue así que uno de los misioneros hizo los contactos con un médico particular.
El oftalmólogo Alejandro Candray conoció el caso, en su consultorio recibió a Milton y a su madre e inmediatamente comenzaron los chequeos para ver la factibilidad de operarlo.
Le diagnosticaron cataratas, una enfermedad poco frecuente en niños y común en los adultos. De acuerdo con estadísticas americanas, las cataratas en niños se presentan de uno a seis casos por cada diez mil niños nacidos, pero en el país no se tienen cifras que muestren su incidencia.
"La anatomía está bastante conservada. Tiene un ojo relativamente normal y adecuado para su edad, pero tiene la presencia de cataratas que impiden el paso de la luz hacia el interior del ojo y hacia el sistema neurológico que se encarga de la visión", comentó el médico.
Candray manifestó que los pronósticos son buenos, pero la limitante está en que no se conoce a ciencia exacta en qué momento el adolescente dejó de ver. Los comentarios de la madre son imprecisos y no se sabe con exactitud qué le produjo la enfermedad. Se cree que es congénito.
Por lo que refiere María, el joven lleva nueve años sin ver. "Nuestra expectativa es que al quitarle las cataratas, él pueda recuperar un porcentaje de visión, que si no es del cien por ciento al menos le permita desenvolverse con mayor habilidad y que no tenga tanta dependencia de los familiares", agregó el oftalmólogo.
De pequeño, los médicos del Bloom le dejaron unos exámenes, un procedimiento que su madre nunca hizo por la falta de recursos económicos.
"Me dejaban las citas bien temprano, yo no podía llegar a las citas y los exámenes eran caros; no alcanzaba para eso, ni mis papás", dijo la mujer de 32 años.
Milton está inquieto por ver el mundo sin limitaciones, confía que dentro de poco podrá ver bien el rostro de su madre y sentarse sin problemas en un salón de clases. "Estaba triste porque no podía ver. Ahora estoy contento porque me van a operar, quiero ir a la escuela y poder escribir", expresó el menor entre sonrisas.
"Lo importante en los casos como los de Milton es que se debe detectar temprano, porque existe un periodo crítico de desarrollo visual, todavía se nos presenta la duda de cuál será el potencial visual", dijo el médico.
Las pruebas indican que la visión es limitada, le permite percibir luces y algunos movimientos. Candray explicó que el caso de Milton representa un reto porque es un paciente que lleva varios años sin ver; sí la operación es un éxito, él tendrá que someterse a una etapa de entrenamiento para identificar los objetos.
Por habitar en una zona rural con carencias de agua potable y de un lugar adecuado para mantener los medicamentos que ocupará en el periodo de recuperación, debe tener un cuidado especial. Corre el riesgo de una infección.
La cirugía consiste en fracturar la catarata con un pequeño aparato, los fragmentos se aspiran. Después se introducen unos lentes artificiales. La intervención en cada ojo dura de 10 a 15 minutos. Los lentes intraoculares serán donados por una empresa, la cirugía será gratis, los pasajes, el hospedaje y los otros lentes serán financiados por la Fundación Sueños.
Fuente: http://www.infanciahoy.com/
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