En China ser ciego es sinónimo de ser masajista, advino o afinador de piano.
Uno de esas excepciones es la joven Li Ning, con una ceguera completa desde que nació hace 28 años en la provincia oriental de Shandong, pero que gracias al apoyo familiar consiguió completar sus estudios universitarios en la capital china.
Imagen:Li Ning en su puesto de trabajo en la radio One Plus One (R. T.)
Así ya se convirtió en una excepción en el gigante asiático, ya que la mayoría de los ciegos no son respaldados para acudir a centros de enseñanza superior y viven en las zonas rurales.
Pero Li llegó a Pekín para estudiar medicina tradicional china en la Universidad de Unidades y poder ejercer de masajista en un futuro.
“La única carrera que podemos elegir la mayoría de los ciegos es esa (medicina tradicional). Aunque ahora empiece a haber más posibilidades y podamos estudiar informática, música o derecho”, explica Li.
En la actualidad, la mayoría de sus compañeros de promoción se dedican a dar masajes terapéuticos en hospitales o en empresas privadas, mientras que los más afortunados consiguieron abrir su propio negocio.
Y es que, según datos de la Federación de Personas Discapacitadas de China, hay 150.000 invidentes trabajando en salones de masaje o centros terapéuticos.
Precisamente, uno de los últimas iniciativas que ha puesto en práctica la Asociación China de Ciegos (CAB por sus siglas en inglés) es un programa de formación gratuito para 300 ciegos en las zonas rurales más pobres.
Cada período de formación será de tres meses en las provincias de Shanxi, Sichuan, Guizhou, Qinghai, Jiangsu y Jiangxi, entre otras, y cuenta con un fondo de 900.000 yuanes (unos 107.313 euros).
Imagen:Vista general de la redacción de la radio One Plus One (R. T.)
Pero Li, cuando estaba a punto de completar convertirse en una masajista, tuvo la suerte de conocer a uno de los directores de One Plus One, Gao Sang, quien le ofreció la oportunidad de trabajar en una iniciativa que apenas llevaba un año en marcha.
“Cuando era pequeña me gustaba escuchar la radio y soñaba con poder hacerlo algún día, pero no pensaba que fuese a lograrlo”, reconoce Li.
Ahora su jornada laboral es como la de cualquier periodista radiofónica y se encarga de hacer producción, las respectivas entrevistas, incluso tareas de edición, a lo que añade una herramienta imprescindible en su día a día, un programa informático que utiliza el sistema braille y un código especial de sonidos.
“El espacio radioófinico en el que trabajo está hecho para oyentes discapacitados, ya que así muchos pueden hablar de sus problemas, compartir sus experiencias y otros encontrar soluciones”, asegura Li.
Para la joven, la sociedad debería de hacer más por entender a los ciegos y darles más oportunidades, una opinión que comparte Gao, de 27 años, uno de los fundadores de la radio One Plus One junto a Xie Zhang.
Gao considera que la situación actual de los ciegos en China no mejorará con simplemente darles dinero o concediendo ventajas fiscales a las empresas que contraten a invidentes, sino que es partidario de educar a la población para que se conozca mutuamente.
La radio que dirige da empleo a trece personas, de las que ocho tienen problemas visuales graves, y sigue una misión clara, desarrollar plataformas de información, modelos de profesionalismo y creatividad para personas que sufran cualquier tipo de discapacidad, además de promover su igualdad de oportunidades.
En un país en la que la mayoría de los medios de comunicación están controlados por el Gobierno, Gao declara su medio como independiente y en lucha para conseguir mejores prácticas de la sociedad civil.
“Todo el mundo puede destacar cuando se le da la oportunidad”, destaca Gao.
Los programas que hacen en One Plus One son transmitidos en 75 emisoras chinas con más de 300 millones de oyentes, además de ser la primera radio online para personas con algún tipo de invalidez.
“La mayoría de los chinos todavía no han aceptado a los discapacitados. Tienen que aprender que hay que integrar a los ciegos en la sociedad y no dejarlos en casa. Entre los dos lados tenemos que encontrar una manera para comunicarnos”, puntualiza Gao.
La radio, que lleva por lema “Nuevos retos, nuevas vidas”, consiguió en 2008 un nuevo hito, que dos de sus trabajadores se convirtiesen en los primeros periodistas discapacitados en la historia en consiguier una acreditación para trabajar en unos Juegos Olímpicos.
Otra iniciativa en la que participan es en el pabellón “Vida y Sol” en la Exposición Universal de Shanghai 2010, donde, por primera vez en los 160 años de historia de las Expos Universales, hay un espacio dedicado a las personas discapacitadas y pobres del mundo.
Cherie Liem, de la Fundación China de Personas Discapacitadas que gestiona el pabellón, apunta a que el total de ciegos o con problemas de visión en China es del mismo tamaño que la población de muchos países europeos.
“Lo que hacemos desde el pabellón es tratar de que la gente se involucre personalmente en este programa, alentándolos a salir y a quitar las vendas de las personas ciegas. Es una sensación extraordinaria. Si las personas están más directamente implicadas, van a estar más interesados en dar”, destaca Liem.
Según los últimos datos oficiales, el país asiático tiene casi 17 millones de ciegos, pero es prácticamente imposible verlos en las calles, sólo los más pobres, que piden dinero mientras tocan el violín chino llamado erhu.
Este instrumento tradicional de dos cuerdas es uno de los preferidos de los chinos, cuyo sonido melancólico lo convierte en el perfecto cautivador de emociones del público, más cuando está tocado por ciegos en las aceras y en el metro.
Por su parte, Li Changchun, un líder del Partido Comunista de China (PCCh), instó a proporcionar a las personas ciegas del país, “un acceso más asequible a las publicaciones en braille, a los libros de texto y a las bibliotecas”
Además de hacer un llamamiento a intensificar las actividades en marcha para proporcionar a los ciegos mejores productos y servicios culturales para satisfacer sus crecientes necesidades.
Fuente: http://periodismohumano.com/
La única profesión diferente para unos pocos es trabajar en la radio One Plus One en Pekín.
Así ya se convirtió en una excepción en el gigante asiático, ya que la mayoría de los ciegos no son respaldados para acudir a centros de enseñanza superior y viven en las zonas rurales.
Pero Li llegó a Pekín para estudiar medicina tradicional china en la Universidad de Unidades y poder ejercer de masajista en un futuro.
“La única carrera que podemos elegir la mayoría de los ciegos es esa (medicina tradicional). Aunque ahora empiece a haber más posibilidades y podamos estudiar informática, música o derecho”, explica Li.
En la actualidad, la mayoría de sus compañeros de promoción se dedican a dar masajes terapéuticos en hospitales o en empresas privadas, mientras que los más afortunados consiguieron abrir su propio negocio.
Y es que, según datos de la Federación de Personas Discapacitadas de China, hay 150.000 invidentes trabajando en salones de masaje o centros terapéuticos.
Precisamente, uno de los últimas iniciativas que ha puesto en práctica la Asociación China de Ciegos (CAB por sus siglas en inglés) es un programa de formación gratuito para 300 ciegos en las zonas rurales más pobres.
Cada período de formación será de tres meses en las provincias de Shanxi, Sichuan, Guizhou, Qinghai, Jiangsu y Jiangxi, entre otras, y cuenta con un fondo de 900.000 yuanes (unos 107.313 euros).
Pero Li, cuando estaba a punto de completar convertirse en una masajista, tuvo la suerte de conocer a uno de los directores de One Plus One, Gao Sang, quien le ofreció la oportunidad de trabajar en una iniciativa que apenas llevaba un año en marcha.
“Cuando era pequeña me gustaba escuchar la radio y soñaba con poder hacerlo algún día, pero no pensaba que fuese a lograrlo”, reconoce Li.
Ahora su jornada laboral es como la de cualquier periodista radiofónica y se encarga de hacer producción, las respectivas entrevistas, incluso tareas de edición, a lo que añade una herramienta imprescindible en su día a día, un programa informático que utiliza el sistema braille y un código especial de sonidos.
“El espacio radioófinico en el que trabajo está hecho para oyentes discapacitados, ya que así muchos pueden hablar de sus problemas, compartir sus experiencias y otros encontrar soluciones”, asegura Li.
Para la joven, la sociedad debería de hacer más por entender a los ciegos y darles más oportunidades, una opinión que comparte Gao, de 27 años, uno de los fundadores de la radio One Plus One junto a Xie Zhang.
Gao considera que la situación actual de los ciegos en China no mejorará con simplemente darles dinero o concediendo ventajas fiscales a las empresas que contraten a invidentes, sino que es partidario de educar a la población para que se conozca mutuamente.
La radio que dirige da empleo a trece personas, de las que ocho tienen problemas visuales graves, y sigue una misión clara, desarrollar plataformas de información, modelos de profesionalismo y creatividad para personas que sufran cualquier tipo de discapacidad, además de promover su igualdad de oportunidades.
En un país en la que la mayoría de los medios de comunicación están controlados por el Gobierno, Gao declara su medio como independiente y en lucha para conseguir mejores prácticas de la sociedad civil.
“Todo el mundo puede destacar cuando se le da la oportunidad”, destaca Gao.
Los programas que hacen en One Plus One son transmitidos en 75 emisoras chinas con más de 300 millones de oyentes, además de ser la primera radio online para personas con algún tipo de invalidez.
“La mayoría de los chinos todavía no han aceptado a los discapacitados. Tienen que aprender que hay que integrar a los ciegos en la sociedad y no dejarlos en casa. Entre los dos lados tenemos que encontrar una manera para comunicarnos”, puntualiza Gao.
La radio, que lleva por lema “Nuevos retos, nuevas vidas”, consiguió en 2008 un nuevo hito, que dos de sus trabajadores se convirtiesen en los primeros periodistas discapacitados en la historia en consiguier una acreditación para trabajar en unos Juegos Olímpicos.
Otra iniciativa en la que participan es en el pabellón “Vida y Sol” en la Exposición Universal de Shanghai 2010, donde, por primera vez en los 160 años de historia de las Expos Universales, hay un espacio dedicado a las personas discapacitadas y pobres del mundo.
Cherie Liem, de la Fundación China de Personas Discapacitadas que gestiona el pabellón, apunta a que el total de ciegos o con problemas de visión en China es del mismo tamaño que la población de muchos países europeos.
“Lo que hacemos desde el pabellón es tratar de que la gente se involucre personalmente en este programa, alentándolos a salir y a quitar las vendas de las personas ciegas. Es una sensación extraordinaria. Si las personas están más directamente implicadas, van a estar más interesados en dar”, destaca Liem.
Según los últimos datos oficiales, el país asiático tiene casi 17 millones de ciegos, pero es prácticamente imposible verlos en las calles, sólo los más pobres, que piden dinero mientras tocan el violín chino llamado erhu.
Este instrumento tradicional de dos cuerdas es uno de los preferidos de los chinos, cuyo sonido melancólico lo convierte en el perfecto cautivador de emociones del público, más cuando está tocado por ciegos en las aceras y en el metro.
Por su parte, Li Changchun, un líder del Partido Comunista de China (PCCh), instó a proporcionar a las personas ciegas del país, “un acceso más asequible a las publicaciones en braille, a los libros de texto y a las bibliotecas”
Además de hacer un llamamiento a intensificar las actividades en marcha para proporcionar a los ciegos mejores productos y servicios culturales para satisfacer sus crecientes necesidades.
Fuente: http://periodismohumano.com/
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