Se estima que hasta el 60 por ciento de los alumnos en las zonas rurales de China necesitan anteojos, pero la mayoría no los tiene o no los usa. Un nuevo estudio sugirió que la causa de este déficit sería la desinformación y los problemas de acceso, no el costo.
Imagen: niños chinos
"Las personas de origen chino tienen la tasa mundial más alta de miopía", dijo a Reuters Health Abhishek Sharma, de la Oxford University, en el Reino Unido.
Un estudio previo había identificado que dos tercios de un grupo de casi 700 niños de zonas rurales de China necesitaban anteojos, según un programa de examen visual, pero no los conseguían.
La gran cantidad de participantes que necesitaban anteojos era similar a la de las principales ciudades en China, indicó Sharma, que estudio oftalmología en Royal Victorian Eye & Ear Hospital, en Melbourne, Australia.
Su equipo realizó varias reuniones en tres escuelas en el 2007 y el 2008, donde exploró las actitudes hacia la salud visual de 28 adolescentes, sus padres y 21 maestros.
Aunque todos los adolescentes tenían miopía diagnosticada, sólo 10 dijeron que usaban anteojos, publicó Archives of Ophthalmology. Ningún padre o madre usaban anteojos, pero sí algunos docentes.
La principal barrera que impedía que los niños accedieran a los anteojos no era ninguna de las dos esperadas: el costo (salía 15 dólares el par, según Sharma) o la cuestión estética.
En cambio, prevaleció la desinformación, que también frenó toda urgencia para actuar, en especial cuando se unía a la "incomodidad" que mencionaron los padres, en su mayoría granjeros, de llevar a sus hijos al oftalmólogo.
Por ejemplo, los padres, maestros y niños pensaban que usar anteojos podía debilitar los ojos o modificar su forma.
Algunos padres pensaban que podían prevenir los problemas visuales con los suplementos nutricionales, las gotas oftalmológicas, la postura al leer, la reducción de la lectura a corta distancia y los ejercicios oculares.
Todos coincidieron en que no usar anteojos cuando es necesario puede causar lesiones y reducir el rendimiento escolar y las opciones para elegir una carrera.
Pero la desinformación sobre los efectos de la miopía en la salud visual y el diagnóstico "casero" del problema alentó la idea equivocada de que los anteojos pueden dañar los ojos y que los remedios hogareños sin pruebas de efectividad pueden retrasar el proceso de la enfermedad.
Eso levantó una barrera contra "la acción efectiva", indicó Sharma.
Además, opinó que no hacer algo para resolver esta generalización de los problemas visuales podría crear inconvenientes sociales y políticos en el largo plazo.
"La principal preocupación es que puede aparecer un porcentaje significativo de la generación actual de la población rural 'postergada' por la falta de educación y acceso a anteojos de alta calidad", dijo Sharma.
FUENTE: Archives of Ophthalmology, junio del 2010.
http://www.buenasalud.com/
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