EN LA DECISIÓN SOBRE EL TIPO DE LENTE ANTES DE LOS TRES AÑOS DE EDAD
Imagen: niño con cataratas
Un grupo de especialistas de diferentes hospitales españoles ha debatido sobre los aspectos más controvertidos en el manejo de esta enfermedad.
Uno de los consensos más claros es que la motivación paterna y el entorno socioeconómico del niño son factores ineludibles a la hora de implantar el tratamiento. O en palabras de Miguel Ángel Harto, del Hospital La Fe, de Valencia: "A pesar de la tecnificación de la especialidad, el manejo de la catarata congénita es un arte".
En la mesa, moderada por Carlos Cortés, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, se han presentado las principales indicaciones quirúrgicas en la enfermedad, expuestas por Emilia García Robles, del Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla. Además, Miguel Ángel Harto ha abordado los casos de niños menores de tres años en los que se estudia la implantación de las lentes intraoculares, "para las que la edad límite no debe superar los seis meses"; éstas deben colocarse en el saco capsular y preferentemente utilizando lentes de material acrílico, de tres piezas y plegables.
José Belmonte, del Hospital General de Alicante, ha analizado cada paso de la técnica quirúrgica, deteniéndose en la técnica de la capsulotomía, para la que ha mostrado una ejecución personal de la cirugía en dos tiempos.
La jornada también ha servido para la exposición de casos clínicos. Uno de ellos, de una rosácea ocular, presentado por la oftalmóloga Ana Clement, del Hospital Niño Jesús, de Madrid.
Se trata de una patología que puede pasar desapercibida en los niños hasta que ya es tarde y empieza a cursar con úlceras corneales, laceración y vascularización corneal que conduce a una merma en la agudeza visual. "Es una patología que parece banal, pero que puede tener graves secuelas. En los niños se estima que la rosácea se infradiagnostica; por ello es importante estar atento a los síntomas". El tratamiento, en esencia, es sistémico, con antibiótico, pero existe una recidiva de hasta un 60 por ciento.
Otro caso presentado por Pedro Arriola, del Hospital Clínico de Madrid, ha sido la reconstrucción de la superficie ocular en dermoides bilaterales múltiples, una anomalía ocular que en ocasiones se asocia al síndrome de Goldenhar, por lo que en primer lugar hay que descartar la patología.
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