Doctora María Isabel Canut. Oftalmóloga. Unidad de Glaucoma del Centro de Oftalmología Barraquer
El glaucoma es un enfermedad crónica que siempre debe ser objeto de control por parte del oftalmólogo, dado que la mayoría de las veces tanto el diagnóstico como su evolución pasan inadvertidos por parte del paciente.
Por ello son fundamentales las visitas periódicas al oftalmólogo, más aún, cuando existen factores predisponentes: más de 40 años, antecedentes familiares, miopía, diabetes, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares, entre otros.
El glaucoma es una de las causas más frecuentes de ceguera del mundo occidental y se la conoce como la “ceguera silenciosa”, pues en su estado habitual no causa molestias hasta que su evolución es muy avanzada y sus efectos se hacen evidentes para el paciente, por ello es tan importante detectarlo a tiempo.
La pérdida visual ocasionada, la llamada visión en tubo pues se va perdiendo la visión lateral, ya no es recuperable, por lo que los actuales tratamientos están enfocados a controlar y estabilizar su evolución.
El glaucoma se define como una enfermedad del nervio óptico irreversible que puede deberse a varias causas y cuyo factor de riesgo más importante es la presión intraocular elevada (PIO).
Hablamos de glaucoma cuando constatamos que el nervio óptico está afectado (éste actúa como conductor de información desde el ojo hasta el cerebro).
Y hablamos de hipertensión ocular cuando únicamente la PIO está elevada. La PIO está determinada por la velocidad de producción del humor acuoso (líquido responsable del tono ocular), y por la resistencia y dificultad en su drenaje. Los factores que propician la PIO elevada suelen relacionarse con un desequilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso, siendo la mayoría de las veces un defecto en la salida.
Hay gran variedad de tipos de glaucoma, aunque en términos generales oftalmológicos lo podemos clasificar según su origen (primario o secundario) y según la amplitud angular (ángulo abierto o ángulo cerrado).
Diagnóstico
Dado que la mayoría de los pacientes afectados de glaucoma no suelen tener síntomas hasta entrar en fases avanzadas de la enfermedad, y teniendo en cuenta la irreversibilidad de los daños entonces producidos, es de vital importancia diagnosticar la enfermedad en su fase más incipiente.
En la actualidad se puede realizar un test genómico, GLAUCOMAgen, que permite valorar el riesgo relativo de padecer Sd. Pseudoexfoliativo y/o glaucoma pseudoexfoliativo (PSX-GPSX).
Tratamiento
La mayoría de tratamientos van más encaminados a aumentar el drenaje y en algunos casos a disminuir la producción de humor acuoso. Los pilares de tratamiento son tres, de menos a más invasivos:
- Médico -Farmacológicos: El aumento de la tensión intraocular se puede tratar con colirios. Hay una gran variedad de colirios hipotensores, con mecanismos de acción diferentes. Ante un paciente diagnosticado de glaucoma es necesario “personalizar” el tratamiento a administrar, recetándole el colirio que tenga mayor efecto hipotensor y que a su vez tenga los mínimos efectos secundarios. Si un colirio no es suficiente, para mantener la presión intraocular en los niveles adecuados, se pueden asociar dos, tres o más, combinándolos entre sí. En este caso se debe esperar unos 5 minutos entre una gota y otra. El tratamiento tendrá que hacerse de forma continuada, ya que el efecto de cada colirio tiene una duración de entre 8 y 24 horas.
- Láser: De carácter ambulatorio. Hay tres modalidades. La iridotomía láser, habitualmente de carácter preventivo. Muy eficaz en el ataque agudo de Glaucoma. La Trabeculoplastia láser, apta para tratar glaucomas de ángulo abierto según su fase evolutiva y la edad del paciente. Y, finalmente, la Ciclofotocoagulación transescleral diodo, enfocada a tratar directamente los procesos ciliares, productores de humor acuoso.
- Quirúrgico: Las dos técnicas más comunes son la Trabeculectomía y la Esclerectomía no perforante. Como tercera opción hay los implantes de válvulas. Estas técnicas favorecen la filtración del humor acuoso.
Consejos
1. Cumplimentar una revisión oftalmológica sí: mayor de 40 años, antecedentes familiares, miopía, diabetes, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares.
2. En caso de requerir tratamiento con más de un colirio, debe esperar unos 5 minutos entre una gota y otra.
3. El buen cumplimiento del tratamiento es indispensable para un buen control de la enfermedad.
4. El glaucoma al ser una enfermedad crónica requiere un control continuado.
5. El diagnóstico precoz de la enfermedad, es el mejor aliado para poder controlar la evolución.
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