Para tener en cuenta

La información es proporcionada solo con fines informativos y no debe ser usada con fines de diagnóstico o tratamiento. Además no debe sustituirse para diagnóstico y tratamiento profesional. No soy oftalmologa, solo presento noticias e informes que no suplantan la información del medico profesional.
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miércoles, 7 de marzo de 2012

CUIDADO CON LA TOXOCARIASIS...

Las mascotas pueden ser una excelente compañía pero también pueden transmitir enfermedades que a veces son graves. La toxocariasis es una de ellas. Se trasmite a través de tierra contaminada con excrementos de perros o gatos infectados y, aunque no es algo frecuente, cuando afecta los ojos provoca, en la mayoría de los casos, la pérdida de la visión. En este articulo te contamos más datos sobre esta enfermedad y como evitarla.


                                                   Imagen: niño con un perro.

Las mascotas pueden ser los compañeros ideales tanto de los niños como de los adultos. Hay estudios que prueban las distintas ventajas que pueden brindarte estos pequeños habitantes del hogar: son los primeros en alistarse a la hora de salir a caminar y serán felices corriendo de aquí para allá mientras juegan juntos en el parque.

Pero no todo lo que brilla es oro. Al igual que las personas, los animales también pueden enfermarse y pueden contagiar a sus dueños y hasta provocarles complicaciones graves. Por eso es muy importante mantener la higiene del hogar y tener ciertos cuidados para la mantener una convivencia sana entre los humanos y los animales, como lavarse bien las manos luego de jugar con las mascotas o de manipular sus objetos y eliminar continuamente los excrementos.

Pero esto que puede ser sencillo de cuidar en la casa es más complicado de lograr con los animales que están sueltos en los lugares públicos o con las mascotas de otras personas, más aun cuando se trata de los niños pequeños a quienes les gusta llevarse todo a la boca, incluida la tierra, las plantas o cualquier objeto que tocan.

Por eso en muchas plazas y parques hay sectores especiales para las mascotas y otros exclusivos para que los niños jueguen de manera segura. Es que las heces de los animales enfermos contaminan la tierra o la arena en la que están jugando los niños, y entonces es fácil comprender cómo ocurre el contagio.

Entre las enfermedades graves que pueden transmitirles los animales a las personas se encuentra la toxocariasis, que ocurre cuando una persona ingiere tierra contaminada con los huevos microscópicos de la toxocara, un parásito que puede estar en las heces de un perro o un gato infectados.
Después de que la persona se traga la tierra contaminada, los huevos del gusano se abren dentro del tracto gastrointestinal (compuesto por el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso) y son llevados por todo el cuerpo a varios órganos.

Si los órganos afectados son los pulmones, el hígado, el cerebro y el corazón, por ejemplo, se habla de toxocariasis visceral. En cambio, cuando los ojos son los afectados, la enfermedad se denomina toxocariasis ocular. En este último caso (que se da muy pocas veces), hay muchas probabilidades de que termine en ceguera.

La toxocariasis es una enfermedad muy común en toda América Latina, en donde se considera que es una epidemia y por eso es un tema relevante para la salud pública. Es necesario aumentar la difusión de la toxocariasis y el modo de evitarla, tanto en el hogar como en los lugares públicos.
En Estados Unidos, en cambio, la situación es diferente pero aun se dan casos de toxocariasis en todo el país. Según una encuesta que apareció en la revista Morbidity and Mortality Report, publicada por los CDC (Centros para el Control y la Prevención de las enfermedades) durante 2011, si bien la toxocariasis ocular no es frecuente, cuando se produce suele atacar a los niños y, en la mayoría de los casos, provoca la pérdida permanente de visión.

Esta enfermedad puede darse en todo el mundo, aunque es más frecuente en las zonas cálidas, ya que las larvas de la toxocara no pueden desarrollarse a menos de 10 grados centígrados o 50 Farenheit.
Otro factor que ayuda a impedir que estas larvas viajen de un cuerpo a otro es la prevención. Si tienes un perro o un gato, recuerda desparasitarlo y desechar sus heces de manera adecuada, así como mantener una buena higiene en el hogar y cuidar de lavarte bien las manos luego de jugar con tu mascota o de manipular sus objetos. Y cuando vayas al parque o a lugares públicos, busca áreas de acceso restringido sólo para niños. De ese modo, tus hijos estarán a salvo y podrán jugar y divertirse sin correr riesgos.

Fuente: http://www.vidaysalud.com/daily/hogar-y-familia/se-puede-perder-la-vision-por-el-contacto-con-tierra-contaminada/

miércoles, 18 de mayo de 2011

HABLANDO DE TOXOCARIASIS OCULAR...

Comportamiento de la toxocariasis ocular en niños.

La toxocariasis ocular es un proceso inflamatorio infeccioso no tan infrecuente que produce consecuencias fatales sobre la función visual del globo ocular. Se realiza esta comunicación con el objetivo de mostrar la valoración, a partir de nuestra experiencia, del comportamiento de esta enfermedad en una pequeña muestra de niños que fueron diagnosticados en la Consulta de Oftalmología Pediátrica del Hospital Pediátrico “José Luis Miranda” de Santa Clara; se comprobó que es más frecuente entre los cinco y ocho años de edad y que no hay predominio de uno u otro sexo; que en la mayoría de los casos se presenta con leucocoria acompañada de exotropia y en todos los pacientes con manifestaciones monoculares; el ELISA resultó positivo en todos los niños a los que se les realizó y resultó una afectación severa de la función visual.

La toxocariasis es una zoonosis producida por larvas de ascáridos de perro (toxocara cani) (ver figura 1) y de gato (toxocara cati); la infección origina diversas enfermedades como el síndrome de larva migrans visceral y el de larva migrans ocular.

 La población infantil es la más afectada debido a la geofagia y la pica, la visita a lugares de recreo y jardines contaminados por las heces de estos animales, así como por los juegos de entretenimiento directamente con ellos; su transmisión puede ser además por el consumo de vegetales crudos o por la ingestión de carnes insuficientemente cocinadas.1

 La toxocariasis ocular (TO) (ver figura 2) se considera como una lesión unilateral (pocos casos son bilaterales) por la migración de muy pocas larvas -a veces solo una- que pueden ser capaces de invadir casi todas las estructuras del ojo; su clínica se asocia a la formación de un granuloma en el polo posterior, uno de los diagnósticos diferenciales puede ser el de retinoblastoma (por ser también causa de leucocoria), que puede llegar a inducir la pérdida total o parcial de la visión; se asocia a otras alteraciones como granuloma en la retina periférica, parsplanitis, endoftalmitis, uveitis, absceso vítreo, hipopion, neuritis óptica y estrabismos secundarios; para el diagnóstico confirmado debe realizarse la detección de anticuerpos específicos anti-toxocara, prueba de ELISA.

El conocimiento de esta enfermedad es insuficiente y no es tan rara como se había pensado; constituye un problema social, higiénico y sanitario.2


                                                            Figura 1. Toxocara cani


 
                             Figura 2. Imágenes fondoscópicas de toxocariasis ocular

Nuestra experiencia en relación a la toxocariasis ocular ha sido a partir de la presencia de esta enfermedad en niños fundamentalmente, sobre todo en menores de ocho años, específicamente entre cinco y ocho años de edad; en relación al sexo no se ha evidenciado predominio de uno u otro. Varios autores plantean que esta enfermedad puede diagnosticarse entre los dos y siete años de edad; otros estudios señalan ocho años como la edad media de los enfermos que se afectan con mayor frecuencia, a pesar de que se han descrito incluso casos con edades comprendidas entre dos y 50 años; con respecto al sexo la literatura no expone diferencias entre ellos.1,3 Los enfermos atendidos son niños que proceden de áreas rurales, todos han tenido antecedentes de contacto con animales, específicamente perros, y juegos en la tierra, hábitos que caracterizan a las personas que habitan en dichas zonas.

  La forma de presentación más frecuente ha sido la leucocoria acompañada de exotropia, además de uveitis con hipopion, absceso vítreo y endoftalmitis -esta última la menos frecuente-. Los niños atendidos han presentado manifestaciones de TO unilaterales (monocular). En los pacientes que sufren TO la clínica se encuentra asociada a la formación de un granuloma en el polo posterior, un granuloma en la retina periférica, una parsplanitis, una uveitis o una endoftalmitis, entre otras.2,4
  La prueba de ELISA para toxocara se le realizó a cinco niños y fue positiva en todos (este examen constituye uno de los métodos más utilizados para confirmar el diagnóstico, su realización es un tanto engorrosa puesto que los medios disponibles solo se encuentran en la capital del país y es un método muy costoso); en todos los casos se ha utilizado terapia combinada con esteroides y antiparasitarios sistémicos, así como tratamiento tópico con esteroides y midriáticos ciclopléjicos en aquellos casos que lo han requerido por presentar un proceso inflamatorio asociado. Todos los niños se mantienen bajo seguimiento en la Consulta de Oftalmología Pediátrica y la de Retina; después de un año de evolución los resultados finales del estado ocular y, por ende, de la agudeza visual de los pacientes han sido estremecedores: visión nula por atrofia del globo ocular, persistencia de granuloma crónico en la retina y disco óptico alado (DOA) con agudezas visuales de percepción luminosa (PL) y bultos. En los casos que cursaron con episodios de uveitis con hipopion recidivante sus agudezas visuales finales han sido de cuenta dedos; a los niños más pequeños no se les ha explorado aun la agudeza visual subjetiva por falta de cooperación.5 Todos los pacientes quedaron con afectación severa de la agudeza visual (monocular) pues todos tuvieron esta presentación; estos resultados muestran las consecuencias fatales de la toxocariasis ocular, una causa no tan infrecuente de ceguera monocular en la población infantil que debemos sospechar y diferenciar siempre que tengamos cuadros de leucocoria, exotropia secundaria y uveitis con hipopion, entre otras. Es una enfermedad de difícil diagnóstico definitivo y manejo en cuanto a terapéutica médica, con una reacción inflamatoria severa en el globo ocular y una afectación devastadora para la agudeza visual.4,6

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
  1. Fenoy Rodríguez S, Guillén Llera JL, del Aguila de la Puente C. Toxocariasis ocular: la realidad de un problema poco conocido (editorial). Arch Soc Esp Oftalmol. 2002;77:531 -534.
  2. Altcheh J, Nallar M, Conca M, Biancardi M, Freilij H. Toxocariasis: aspectos clínicos y de laboratorio en 54 pacientes. An Pediatr (Barc) 2003;58:425-431.
  3. Kanski JG. Oftalmología Clínica. 5th ed.; 2005.
  4. Castro J, Andrés A. Toxocariasis Ocular. Tres formas clínicas. Arch Soc Esp Oftalmol. [s.a];1:85-89.
  5. Espinoza Y, Huapaya P, Huiza A, Sevilla C, Chávez V, Alva P. Estandarización de la técnica de ELISA para diagnóstico de Toxocariosis humana. Anal Fac Med. 2003;(1):7-12.
  6. Maguiña, Ciro. Cólera. En: Lederman W, Cofré J, Cohen J, Santolaya M, Banfi A. eds. 3.ed. Enfermedades infecciosas en pediatría. Santiago : Mediterráneo; 2004 . p.388-90.
DE LOS AUTORES
  1. Especialista de I Grado en Oftalmología. Profesor Asistente. ISCM-VC. E-mail: zoilaff@hamc.vcl.sld.cu.
  2. Especialista de I Grado en Medicina General Integral y Oftalmología. Diplomada en Neuroftalmlogía. Profesora Instructora. E-mail: lilianlv@hamc.vcl.sld.cu.
  3. Especialista de I Grado en Medicina Integral y Oftalmología. Policlínico “Martha Abreu”. E-mail: pmfont@capiro.vcl.sld.cu.
Fuente: http://www.actamedica.sld.cu/

viernes, 30 de julio de 2010

TOXOCARIASIS OCULAR: SE PUEDE PREVENIR Y DEPENDE DE NOSOTROS...

TOXOCARIASIS, UN PELIGRO QUE ACECHA A LAS PLAZAS
Un parásito proveniente del intestino de los perros que se transmite a los chicos es capaz de causar la ceguera
Imagen. perro en el arenero

Una de las razones por las que en países como Francia las plazas y otros espacios públicos están diseñadas de modo que los perros no puedan tener acceso a los lugares donde juegan los chicos es la Toxocara canis, un gusano del tipo de los nemátodos. Un perro infectado por esta "lombriz solitaria" puede liberar, al defecar, entre 20 y 200 mil huevos de toxocara. Si lo hiciera en el arenero de una plaza y un chico accidentalmente se llevara la mano contaminada a la boca, se puede infectar.


Según la doctora Viviana Abudi, médica del Hospital de Pediatría Juan Garrahan, si se hiciera un análisis de eosinófilos en sangre y el correspondiente estudio ELISA a todos los chicos, se vería que hasta en un 30% podrían dar positivo el test de toxocariasis. Es cierto que en la gran mayoría de los casos esto no llega a tener consecuencias, pero también es cierto que una minoría de ellos sufre las consecuencias, que son gravísimas e irreversibles. Cuando la larva se introduce en la sangre, la toxocariasis puede volverse sistémica y atacar órganos vitales como el cerebro, los pulmones, el hígado o el corazón, o dañar la retina en forma irreversible y particularmente cruel.

La doctora Abudi, que es oftalmóloga y vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil, asegura que en ese hospital se atienden alrededor de 40 casos al año en que la toxocariasis afecta al ojo: "Una vez que eso sucede no hay mucho que se pueda hacer; y la verdad es que en más de la mitad de esos casos el chico pierde el ojo afectado. Por eso es necesario seguir insistiendo en la medida de desparasitar a todas las mascotas como forma de prevención", remarca la oftalmopediatra.

Un parásito temible
Este nematodo en su estado adulto puede llegar a medir entre 8 y 15 centímetros. Vive en el intestino delgado del perro, pero sus huevos viajan por el intestino y son liberados en las heces del animal. Así es como pueden pasar a otros perros y, eventualmente, al hombre. Los adultos pueden infectarse si comen verduras cultivadas en tierra contaminada por los huevos y mal lavadas, por ejemplo. Pero lo más frecuente es que les suceda a los chicos, especialmente los más chicos que practican la geofagia (que comen tierra) y los que tienen costumbre de besarse con las mascotas.

Del huevo nacen las larvas de toxocara, capaces de penetrar las paredes del intestino y así transmitirse al resto del organismo humano, a través del torrente sanguíneo. Allí las larvas no encuentran el ambiente propicio para su desarrollo, por lo que se mantienen en estado larval y nunca llegan a ser adultas. Por eso a la toxocariasis se la conoce como larva migrans, en sus formas visceral, sistémica u ocular.

La toxocariasis puede remitir prontamente sin síntomas o volverse crónica. Detectada, puede tratarse con algunos antiparasitarios (diatricarbamacina, albendazol, mebendazol). Pero cuando adquiere la forma sistémica es capaz de provocar unas lesiones llamadas granulomas. Un granuloma cerebral puede causar un serio daño neurológico e incluso ser fatal. En el hígado, el corazón o los pulmones puede causar un daño irreversible.

En la forma ocular, explica la doctora Abudi, la larva llega hasta las células de la retina,, que constituyen una terminal arterial, y allí quedan depositadas, causando una lesión irreversible que puede llevar al desprendimiento de retina.

Efectos irreversibles en el ojo
Una vez que el parásito se ha alojado en el ojo, lamentablemente no hay mucho que se pueda hacer. Sólo cabe esperar que el daño no llegue a sus formas más graves. Al morir las larvas producen una toxina que es la que causa las peores lesiones. "Se intentó el tratamiento del parásito en la retina con láser, pero justamente al morir el parásito libera una toxina que hace que los resultados sean aún peores".

Estas lesiones suelen ser además muy dolorosas, y por su carácter irreversible pueden llevar incluso a la necesidad de extirpar el ojo. El único atenuante, si cabe expresarlo de esa forma, es que generalmente afecta un solo ojo; prácticamente no se conocen casos en que suceda en ambos, asegura la médica.

La forma sistémica y la ocular se presentan por lo común en forma separada, aunque también pueden darse ambas a la vez. Cuando se detecta infección por toxocara, se debe realizar urgentemente un examen de fondo de ojo para ver la retina. La mayoría de los pacientes que ingresan por problemas oculares tienen entre 8 y 12 años.

Un problema de salud pública
Los relevamientos epidemiológicos más recientes hechos por diversas universidades del país habían encontrado que en la ciudad de Resistencia un 33% de la plazas públicas estaba contaminada por Toxocara canis y en Mar del Plata, un 22%. En la ciudad de Santa Fe, entre un 60 y un 70% de las plazas tiene algún tipo de contaminación en el suelo y un 30% de ella es por Toxocara canis. Pero de la mayoría del país no hay datos fehacientes.

Existe también la Toxocara cati, que habita en el intestino de los gatos: también representa los mismos riesgos, aunque su incidencia clínica se considera mucho menos significante que la de la versión canina.

En la Universidad Nacional de La Plata se está estudiando el empleo de una especie de hongos capaces de fagocitar los huevos de toxocara. No obstante, la medida de prevención imprescindible es la visita periódica de todas las mascotas al veterinario para mantener a todos los animales desparasitados.

Es verdad que en la mayoría de los casos la infección por toxocara es asintomática y remite espontáneamente sin causar mayores problemas. Pero sin duda la gravedad del problema cuando la larva migrante se vuelve agresiva merece que se tenga esta cuestión en el mayor de los cuidados

Síntomas
En la mayoría de los casos la parasitosis por toxocara no da síntomas y remite espontáneamente.

La existencia de tos con sibilancia y dificultad para respirar, fiebre, urticaria, inflamación de ganglios pueden ser, entre otras cosas, signos que conviene tener en cuenta para detectar la forma sistémica.

La forma visceral de la infección puede estar indicada mediante un aumento de los glóbulos blancos o inflamación hepática con manifestaciones cutáneas.
En la forma ocular puede notarse estrabismo y pérdida de la visión.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1112392

COMO PREVENIR:
Para prevenir la toxocariasis, debe desparasitarse con frecuencia a perros y gatos, mantener a los niños lejos de las áreas donde estos animales puedan depositar sus heces y lavarse las manos después de manipular tierra y polvo.
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Quiero dar las gracias a todos aquellos que pasan, leen y alguna vez comentan este humilde blog. Ustedes son el motor del blog, que sin visitas, ni comentarios no valdría la pena el tiempo que se invierte aquí (que es bastante). Los animo a que sigan ahi,participando y comentando, que este blog es tanto del que escribe, como del que comenta, como del que lo lee. Gracias.

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Cuando se apaga la luz. Mi historia con Maculopatia

Cuando se apaga la luz. Mi historia con Maculopatia
No soy escritora, ni pretendo serlo, solo tuve la necesidad de dar un mensaje de aliento, dejar palabras positivas e informar, porque ese es el objetivo que tengo muy fuerte.Una enfermedad sea cual sea, puede vivirse de dos maneras: sentado lamentándose por lo que no se tiene o seguir adelante afrontando lo que nos tocó. Mi historia es simple, sencilla, pero escrita con el corazón.Estoy convencida que si sale de nuestro interior seguramente será suficiente para que te emocione, te movilice, te lleve a tomar la vida con otra mirada.Seguir siempre y a pesar de caer, ¡volver a levantarse! “Lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve con el corazón…”