Para tener en cuenta

La información es proporcionada solo con fines informativos y no debe ser usada con fines de diagnóstico o tratamiento. Además no debe sustituirse para diagnóstico y tratamiento profesional. No soy oftalmologa, solo presento noticias e informes que no suplantan la información del medico profesional.
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sábado, 14 de julio de 2012

FILTROS TERAPÉUTICOS...


La fotofobia y la sensibilidad al deslumbramiento son síntomas frecuentes en pacientes de baja visión.

El paciente refiere un exceso de luminosidad que le produce molestias y pérdida de contraste. Ésto implica una disminución de su agudeza visual y suele ocurrir en personas que tienen una alteración de los medios transparentes en cornea, cristalino, vítreo…

lmagen: lentes con filtro.

Los filtros terapéuticos eliminan este problema, provocado por la fuente de luz que provoca dispersión de luz, porque como ya he mencionado anteriormente, los medios no son transparentes. Los filtros terapéuticos son GAFAS que podrán encontrar en ópticas especializadas en Baja Visión.
Además éstos, eliminan la radiación UV, es decir, actúan bloqueando la longitud de onda corta (azul, violeta) que son las ondas dañinas y no permiten que llegue a la retina.
El paciente por tanto, conseguirá mayor agudeza visual y protegerá su retina de la exposición solar, evitando que su patología ocular avance.
Los Filtros más eficaces son los amarillos, naranjas y rojos que son los que absorben al máximo en la región de alta fluorescencia, alta dispersión y corta longitud de onda. Dependiendo de la patología ocular, se diagnostica un filtro u otro, aunque también influye la comodidad del paciente en la elección de ellos.

En los problemas por Degeneración macular asociada a la edad (DMAE), glaucoma y cataratas, se recomienda un filtro terapéutico de corte 450 nm, 511nm o 527 nm.
Si se padece Retinopatía diabética, se recomienda un filtro de 511nm.
Retinosis pigmentaria, Enfermedad de Stargardt, Fundus Flavimaculatus o Distrofia de Conos y Bastones, se recomiendan filtros de 550nm, 585nm.
En los casos de Distrofia corneal, se recomienda un filtro de 511nm. Si se padece Albinismo se recomienda un filtro de 550nm.

Estas gafas también pueden llevar filtros laterales que serán muy recomendables si se retinosis pigmentaria, degeneración macular, stargardt albinismo, afaquia, acromatopsia.
Si unimos al uso de filtros terapéuticos, una buena alimentación rica en luteína y zeaxantina, estaremos protegiendo nuestra retina de los efectos nocivos de la radiación solar.
La luteína y zeaxantina, se las conoce como “pigmentos maculares”. Su función es proteger la retina y cristalino de la acción oxidante de la luz, ya que reducen el daño oxidativo provocado por la luz azul.

Las podemos encontrar en espinacas, lechuga, acelgas, espárragos, maíz entre otros.
También es importante el uso constante durante todo el año de cremas de protección solar (pantalla total o superior a 50). El daño que se produce en la retina es igual si tomamos el sol o solamente nos protegemos los ojos. Por supuesto, están totalmente desaconsejadas las camas solares y tomar el sol expresamente en la playa o en la alta montaña.

 Las personas con RETINOPATIAS tienen que cuidar al máximo además de sus ojos, su piel, y protegerse de ella con ropa clara y tapándose brazos y piernas. Es conveniente ir siempre que se pueda por la sombra y llevar una gorra con visera o una pamela en el caso de las mujeres. Se deben evitar las salidas en verano en las horas de máximo sol y deben procurar evitar los atardeceres en verano, mirar al sol fijamente y por supuesto, para cualquier persona, padezca o no una retinopatía, evitar los eclipses solares.
Detección y prevención, es lo más importante.

En aquellos pacientes que presenten un resto de visión útil, tenemos que sacar el mayor partido posible con ayudas especiales. Éstas las pueden encontrar en Ópticas especializadas en BAJA VISIÓN.
Se puede volver a leer; actualmente tenemos mucha esperanza en la ciencia.
Isabel Yuste.
Directora Técnica Óptica KEPLER
Optometrista especializada en contactología y baja visión
Isabelyuste@hotmail.com
Óptica Kepler
C/ Guzmán el Bueno nº 106
28003 Madrid
Tel./Fax: +34 915 357 173
www.opticakepler.com
info@opticakepler.com

http://medicablogs.diariomedico.com/stargardtpress/tag/filtros/

jueves, 16 de junio de 2011

DESLUMBRAMIENTO DURANTE LA CONDUCCION...

El riesgo de deslumbramiento durante la conducción, un problema muy habitual.
                                         Imagen: foto de la campaña vial.
El 90% de la información que necesitamos para conducir se recibe por el sentido de la vista, lo que indica el especial cuidado que debemos prestar a nuestra salud visual.

Por ello, y como continuación a la campaña realizada el año pasado bajo el nombre "Cuida tus ojos, ellos también conducen", el Real Automóvil Club de España (RACE) y la Fundación Alain Afflelou han realizado una encuesta entre más de 2.400 usuarios distribuidos por toda España, destacando como principal conclusión que el 33% de los conductores no se protege habitualmente del sol mientras conduce y un 12% nunca lo hace, a pesar de ser España uno de los países con los índices de radiación ultravioleta más altos de Europa.

Dado que la llegada del periodo vacacional es inmimente, en el estudio presentado a colación de esta encuesta, se analizan los daños oculares que afectan a los conductores como consecuencia de la radiación solar, así como los principales riesgos de accidente de tráfico por efecto del deslumbramiento. Del total de encuestados, seis de cada diez conductores desconoce los riesgos de la radiación solar, y uno de cada tres no se protege debidamente.

Las situaciones de riesgo por deslumbramiento más frecuentes recogidas en la encuesta son las producidas por efecto del sol, con un riesgo asociado de atropello a peatones o ciclistas, colisión por alcance, salida de la vía y pérdida de visibilidad a la salida de un túnel.

El conocimiento de los usuarios sobre los efectos en su visión de la radiación solar ultravioleta, es muy bajo, con un 59% de usuarios que desconoce los efectos de este tipo de radiaciones para su salud visual.

Fuente: http://www.motor.es/noticias/el-riesgo-de-deslumbramiento-durante-la-conduccion-un-problema-muy-habitual.php

domingo, 19 de septiembre de 2010

EL DESLUMBRAMIENTO...

El deslumbramiento en oftalmología podemos definirlo como el conjunto de efectos producidos por una cantidad excesiva de luz para el sistema receptor visual en unas circunstancias concretas.












Imagen: luces excesivas

 Uno se puede deslumbrar por una luz excesiva, que deslumbraría a cualquiera y en cualquier situación. Pero puede haber cantidades de luz que deslumbren a unos ojos sí y a otros no. O puede ser que una misma intensidad lumínica deslumbre un ojo en un momento dado, y luego la misma luz ya no lo deslumbre. Y para entender todo esto, debemos conocer cómo funciona la adaptación de los ojos a la luz y a la oscuridad.

Mecanismos de adaptación
Los cambios en el tamaño de la pupila son un mecanismo esencial para regular la entrada de luz en el ojo.
Cuando hay poca luz alrededor, las pupilas se dilatan, permitiendo que entre la mayor cantidad posible de luz. Así, objetos que no veríamos con la pupila pequeña, los llegamos a ver con la pupila grande. Cuando hay mucha cantidad de luz, no necesitamos tanta para estimular los fotorreceptores (las células sensibles a la luz: conos y bastones). Así que la pupila se cierra para que no entre tanta luz.

Pero hay otro mecanismo, de importancia parecida a la dinámica pupilar. Se trata de la adaptación retiniana. Los conos y los bastones son capaces de transformar la energía lumínica (fotones) en un impulso nervioso (el impulso nervioso no es energía eléctrica, sino potencial electroquímico). Lo pueden hacer porque estas células contienen gran cantidad de pigmento fotosensible, una molécula que al recibir un fotón cambia su estado químico. Este cambio molecular condiciona una cascada de acontecimientos celulares que finaliza en la transmisión nerviosa. Que un sólo fotón atraviese un fotorreceptor no significa que éste vaya a excitarse y por tanto vayamos a percibir el estímulo visual. Hace falta un número mínimo de fotones para que dé la casualidad que uno “impacte” con una molécula fotosensible. Por lo tanto, para un fotorreceptor concreto, cuantas más moléculas de estas tenga, más fácil lo tendrá para detectar la luz que lo atraviesa. Entonces tendrá más sensibilidad.

Bien, pues resulta que la cantidad de pigmento fotosensible (rodopsina, fotopsinas) no es algo constante, sino que varía en función de las condiciones de iluminación. Si hay poca luz, los fotorreceptores crean más pigmento, aumenta la densidad y concentración de molécular para incrementar la sensibilidad, y ver aquello que minutos antes no veríamos. Y al revés, con mucha luz se reduce el pigmento, para disminuir la sensibilidad.

Hay mecanismos de adaptación más importantes (cierre y apertura pupilar, y adaptación de los fotorreceptores).
 O por lo menos, los dos mecanismos más fáciles de entender.
Hay un tercer mecanismo, quizás tan importante como los anteriores, que tiene que ver con la integración y el procesamiento de la información visual en las neuronas de la retina. Concretamente con la inhibición horizontal. Que si bien es de gran interés a nivel de fisiología visual y neuro-oftalmología, y además participa en el perfilamiento de las siluetas, la optimización de la imagen y la mejora de la calidad visual, es más complejo de explicar.

¿Por qué disminuir la sensibilidad en condiciones de luz abundante?
 Cuando hay poca luz, bajamos el umbral mínimo de lo que es visible. Como lo que nos rodea está pobremente iluminado, nuestro ojo será capaz de verlo. No es tan fácil de entender lo segundo: ¿para qué disminuir la sensibilidad del ojo a la luz?. Supongamos un ojo bien adaptado a la oscuridad: pupila dilatada y los fotorreceptores bien llenos de pigmento: entra mucha luz por la pupila, y a poca luz que llege al receptor, lo estimulará. En oscuridad funciona bien, pero, ¿porqué va a funcionar mal con mucha luz?. Podemos pensar que no habría ningún problema: aunque llegue mucha más luz de la necesaria, los receptores se estimularán, y la imagen se formaría igual, ¿no?.

Los que sepan un poco de fotografía, o estén acostumbrados a manejar cámaras de fotografía o vídeo, lo entenderán más fácilmente. Un exceso de luz produce una imagen sobreexpuesta, “quemada”. Un sistema de recepción demasiado sensible, otorgará a todos los puntos de la imagen el valor máximo; no se distinguirán las diferencias de iluminación.

Vayamos poco a poco: nosotros podemos ver una imagen (en nuestro propio ojo, una fotografía, un vídeo) gracias el contraste, tanto de iluminación como de color. Eso significa que habrá partes más iluminadas que otras. Un punto concreto de una imagen que recibe nuestro ojo muy raramente llega a un solo fotorreceptor: cae dentro de una zona de varios. En función de lo intensa que sea la señal luminosa, se excitarán pocos o muchos receptores. Y si en vez de considerar un solo instante consideramos un intervalo de tiempo (aunque sean pocas décimas de segundo), las señales que llegan de esa área retiniana serán más o menos numerosas (transmitirán “más o menos cables”), pero también más o menos frecuentes (por los “cables” llegarán más o menos impulsos, porque un estímulo más intenso excitará un mismo receptor más veces por segundo). Con todas estas pistas, el cerebro asigna un grado subjetivo de luminosidad a ese punto concreto de la imagen. Si los receptores son muy sensibles o por la pupila llega mucha luz a todos los puntos de la imagen, se tranmitirá al máximo (tanto en número como en frecuencia). Por lo tanto, no podremos discriminar entre las distintas zonas de la imagen. Con el color pasa más o menos lo mismo: los diferentes colores los interpretamos según la intensidad de rojo, verde y azul. Si los tres tipos de conos se estimulan al máximo, no se nos dibujarán correctamente los colores, sino que la percepción subjetiva virará hacia el blanco, hacia una iluminación clara, difusa, poco contrastada.

Por todo esto, tan importante es aumentar la sensibilidad en la oscuridad (porque si no no vemos los objetos poco iluminados), como disminuirla con mucha luz (porque tampoco “veremos” los objetos muy iluminados).

¿Qué es el deslumbramiento?
 Si recibimos una luz muy fuerte, sobre todo si es de forma súbita y al ojo no le da tiempo a adaptarse, la imagen está sobreexpuesta, poco contrastada, con exceso de blanco. No vemos bien, no se nos perfilan los contrastes, las fuentes de luz “crecen” y sobrepasan sus límites reales.

Pero hay más síntomas: precisamente los mecanismos de defensa contra un exceso de luz. Además de que perdemos capacidad visual cuando entra demasiada luz al ojo, tanta energía radiante puede ser peligrosa para nuestra delicada retina. Y la evolución nos aporta mecanismos para proteger la salud de nuestros ojos. No ver por defecto de luz (es decir, estar a oscuras) es una situación que no nos resulta esencialmente incómoda o molesta. Nuestros ojos no están en peligro, no lo sentimos así. Pero con mucha luz sí, percibir exceso de iluminación es molesto, incómodo, incluso doloroso. No duele la retina, pero hay ciertos músculos del aparato visual que se contraen involuntariamente como defensa, y pueden llegar a doler. Involuntariamente desviamos la mirada de la fuente luminosa, entornamos o cerramos los párpados. Si el estímulo visual es suficientemente intenso o se mantiene, el ojo se enrojece e irrita, aparece lagrimeo.
Y habitualmente estas reacciones de molestia y evitación de la luz es más aparente que la propia mala visión.

Sensiblidad lumínica y percepción subjetiva
 Por una parte está la sensibilidad lumínica de los fotorreptores, que depende de la cantidad de luz que llegue y la concentración de pigmento visual. Y por otra parte está el contraste final que percibimos conscientemente. Entre el fotorreceptor y la imagen consciente hay muchos circuitos neuronales, que modulan la señal y “crean” el contraste.

Por ejemplo en la oscuridad total vemos la película con una intensidad de luz concreta, y luego el doble de intensidad. Aunque los mecanismos de adaptación a la oscuridad funcionen óptimamente, posiblemente en el segundo visionado (doble intensidad) se estimulará más a los fotorreceptores. Pero nosotros no percibimos el contraste en función de la cantidad o frecuencia absolutas de impulsos que nos llega a cada zona de la retina, sino por comparación entre las distintas cantidades de impulsos de las diferentes partes de la imagen. Si oscurecemos la sala por completo, nuestro cerebro va a poder contrastar muy bien las imágenes en el primer visionado. Por que el “negro es muy negro”, digamos. Las zonas oscuras de la película ofrecerán ausencia casi completa de estímulos, porque hemos oscurecido la sala por completo. Así, aunque el rango de intensidades en el segundo visionado es mayor, ya no lo necesitamos, con el primer visionado ya tenemos una buena calidad de contraste, y no notaremos diferencias.

Si miramos una película con  luz ambiental: El “negro ya no es negro”. Por lo tanto, para contrastar la imagen el cerebro anda más limitado. Así, aumentando la intensidad lumínica de la película, nos “alejamos del negro”, damos más riqueza al contraste. Y esta vez, sí lo necesitamos, y percibiremos subjetivamente como de mejor calidad el segundo visionado.

Por lo tanto, podemos diferenciar lo que es pura sensibilidad retiniana a la luz (tamaño pupilar, pigmento visual), de la percepción del contraste, que es algo bastante más complejo, en donde interviene el cerebro.

Fuente: http://ocularis.es/
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Premio Agua Clara 2011 al blog

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Cuando se apaga la luz. Mi historia con Maculopatia

Cuando se apaga la luz. Mi historia con Maculopatia
No soy escritora, ni pretendo serlo, solo tuve la necesidad de dar un mensaje de aliento, dejar palabras positivas e informar, porque ese es el objetivo que tengo muy fuerte.Una enfermedad sea cual sea, puede vivirse de dos maneras: sentado lamentándose por lo que no se tiene o seguir adelante afrontando lo que nos tocó. Mi historia es simple, sencilla, pero escrita con el corazón.Estoy convencida que si sale de nuestro interior seguramente será suficiente para que te emocione, te movilice, te lleve a tomar la vida con otra mirada.Seguir siempre y a pesar de caer, ¡volver a levantarse! “Lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve con el corazón…”