Los
avances en la investigación de las células madre han posibilitado que, ya en
los últimos años, distintos grupos de científicos hayan logrado ‘crear’ células
de la retina a partir de células madre humanas. Es más; no solo han conseguido
diferenciar estas células madre en células individuales de la retina, sino que
han conseguido lograr que las nuevas células se aúnen formando pequeños tejidos
que, aun no funcionales, se asemejan a los que se encuentran cualquier ojo
humano.
Y ahora, investigadores del Centro Alemán de Enfermedades
Neurodegenerativas (DZNE) en Bonn (Alemania) han logrado crear organoides
tridimensionales de la retina –o lo que es lo mismo, ‘mini-retinas’– que imitan
la organización tisular del órgano y, así, abren una nueva etapa en estudio y
tratamiento de las enfermedades de este tejido ocular.
Como
explica Mike Karl, director de esta investigación publicada en la revista «Stem
Cell Reports», «el objetivo final no es crear ‘algo’ que se aproxime lo máximo
posible a la retina real, sino aprovechar la flexibilidad del organoide para
abrir nuevas vías para el estudio del tejido de la retina».
Mini-retinas
3-D
En los
últimos años, los científicos del DZNE han estudiado la regeneración neuronal
en vertebrados –incluidos los seres humanos– para abrir nuevas vías de
investigación en el uso de las células madre en el campo de la medicina
regenerativa –como sería, por ejemplo, el desarrollo de terapias para el
tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Un
trabajo que, entre otros resultados, ha posibilitado estos nuevos organoides
tridimensionales creados a partir de células madre tanto de modelos animales
–ratones– como humanos y que replican de una forma eficiente la estructura de
la retina. Es el caso de la capa formada por los conos, células fotosensibles
responsables de la visión en color y que pueden ser producidas en cantidades
ilimitadas en las nuevas ‘mini-retinas’.
Como
destaca Mike Karl, «los conos son el tipo de célula de la retina con mayor
potencial para el desarrollo de futuras terapias de reemplazo para pacientes
afectados por enfermedades degenerativas de la retina».
Y
estas nuevas ‘mini-retinas’, ¿pueden ser empleadas ya para el tratamiento de
las enfermedades degenerativas específicas de este tejido ocular? Pues todavía
no. De hecho, el siguiente paso será crear ‘mini-retinas’ tridimensionales más
complejas –por ejemplo, capaces de desarrollar sus propios vasos sanguíneos–
que posibiliten el estudio de la regeneración y funcionalidad de los diferentes
tipos de células específicos de la retina humana –caso, por ejemplo y además de
los conos, de los bastones.
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