Un investigador japonés
logra un cultivo de retina en laboratorio
El doctor Yoshiki
Sasai, director del grupo de organogénesis y neurogénesis del Centro Riken de
Biología del Desarrollo de Kobe (Japón), ha conseguido realizar un cultivo
ocular, que un grupo de células madre formen una retina en una placa de
laborario, un avance del que podrían beneficiarse millones de personas que
tienen degeneración macular, retinosis pigmentaria y glaucoma.
Sasai
explica en un artículo en el número de enero de la revista 'Investigaciones
Científicas' la técnica por la que ha conseguido el desarrollo de una retina en
una placa de cultivo a partir de células madre embrionarias.
"Pusimos
una sola capa de células madre embrionarias de ratón en una placa de cultivo,
junto con células 'cebadoras', las cuales transmiten señales químicas que promueven
la maduración de las células madre mas allá de su estado embrionario. Aunque
sabíamos que la lámina plana en cuestión no replicaba el contorno
tridimensional de los órganos humanos, queríamos averiguar si la propia
señalización química de las células bastaba para inducirlas a generar los tipos
neuronales especiales que caracterizan el desarrollo temprano del ojo",
indica el científico.
En
2005 el equipo de Sasai inventó un método que permitía a las células madre
flotar en una solución de cultivo y superar las restricciones bidimensinoales
que imponen las técnicas de laboratorio.
Así,
suspendieron células dispersas sobre una "minúscula cantidad de medio
líquido en pocillos de una placa de laboratorio". Las células comenzaron a
unirse a sus compañeras de pocillo, a enviarse señales, y al cabo de cuatro
días "se organizaron espontáneamente en una esfera hueca de una monocapa
de células, un neuroepitelio".
"En
el embrión, las células neuroepiteliales terminan formando estructuras
cerebrales específicas tras recibir señales químicas que provienen del exterior
celular. Una de esas señales insta el desarrollo del diencéfalo, que más tarde
da a lugar a la retina", añade.
El
profesor Sasai concluye que "nuestro trabajo aún no ha terminado. Todavía
desconocemos el mecanismo de formación del cáliz óptico". Sin embargo, la
técnica desarrollada por el doctor japonés tiene un gran valor en la
investigación básica.
Poder
crear retinas artificiales permitiría investigar la patología de las
enfermedades comunes del ojo y poder llegar a desarrollar medicamentos y
terapias génicas que podrían revertir la degeneración de la retina.
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