Entrevista
a Pilar Vergara Giménez, Optometrista Comportamental
¿Cómo surgió su predilección por la Optometría
Comportamental?
Buscando respuestas a
problemas que la Optometría clásica no me daba. Llegué hasta la Optometría
Comportamental a través de un problema de aprendizaje de mi hermana pequeña.
Tenía una ambliopía y, tratada como un problema de agudeza, no consiguió tener
ningún cambio, aparte de la subida de agudeza visual. Sin embargo, conocí al
Dr. Sanet y su esposa Linda Sanet, que utilizaba este otro enfoque de
tratamiento, y le cambiaron por completo la vida.
Profesora, optometrista, divulgadora…… ¿En qué
faceta se siente más cómoda?
Es complicado
responder. Soy una persona que necesita hacer diferentes cosas y estar en
distintos proyectos para sentirme bien. Me encanta atender a los pacientes,
porque cuando le cambias la vida a través de nuestro trabajo, la sensación de
haber participado y ser parte de ello no tiene precio. También me encanta dar
clases, impregnar de entusiasmo y amor por la profesión a jóvenes que van
buscando algo más que llene sus vidas, como me ocurrió a mí. No sabes lo que
buscas, pero tienes un vacío dentro y lo tienes que llenar. Por otro lado, la
divulgación es una obligación para mí. Hay tanto desconocimiento de lo que
hacemos, que es triste observar que tantas personas podrían beneficiarse de
nuestros tratamientos y tener una vida mejor y no lo hacen, solo porque no lo
conocen. Así que para mí es un deber y una obligación dar a conocer este
maravilloso trabajo.
A
lo largo de su trayectoria y dentro del ámbito de la Optometría Comportamental,
¿cuál ha sido el caso que más le ha sorprendido?
Los que más me suelen
impactar son los que vienen como consecuencia de lesiones cerebrales
postraumáticas, accidentes, ictus, tumores operados, etc. Tienen una
sintomatología muy difícil de describir y de identificar como problema visual.
No es raro encontrar que los problemas visuales los hayan confundido con
depresiones y acaben en el psiquiatra.
¿Qué diferencias encuentra en la optometría
española respecto a la de otros países?
España está a un
nivel muy alto de desarrollo en Optometría. Sin embargo, hay países como
Estados Unidos, Inglaterra, Australia, etc., que nos llevan una delantera
importante. Allí ser Optometrista es una de las profesiones más reputadas y con
más futuro que pueden tener. En EE.UU. tienen que estudiar ocho años más uno de
residencia. Eso sin contar másters, doctorados, etc. Están al mismo nivel que
un médico. Por otro lado, en países como Chile, Argentina, Brasil, Ecuador,
etc., estamos nosotros a años luz de ellos. En alguno ni siquiera la Optometría
es legal y en otros la acaban de aprobar como profesión. Hay mucha diferencia
entre unos y otros.
¿Es posible entrenar el ojo desde edades
tempranas para que los trastornos visuales derivados del uso abusivo de
móviles, tablets, etc., no afecten en edades más maduras?
Más que entrenar el
ojo hay que entrenar a los padres para que administren adecuadamente el uso de
los dispositivos. Como todo en la vida no es el uso, sino el abuso, lo que da
problemas.
“Estrabismo y Ojo Vago. Mitos, leyendas y
verdades” es su último libro. ¿Cuáles de estos mitos son los más extendidos?
Hay bastantes. Que no
se puede tratar la ambliopía después de los 7 u 8 años y que el parche y la
cirugía son los mejores y los únicos métodos de tratamiento, por ejemplo. La
neurociencia ha demostrado que esto no es así, en mi libro tengo más de 200
referencias científicas que lo explica.
¿A qué edad es recomendable realizar las
primeras revisiones para identificar posibles ambliopías o estrabismos?
Se puede hacer desde
que nace el bebé, pero se recomienda realizar la primera a los 6 meses y desde
luego una antes de los 2 años, siempre por Optometristas especializados en
visión infantil.
Existen estudios que afirman que jugar a
determinados juegos podría mejorar la visión espacial de personas con
ambliopía, como por ejemplo, el Tetris. ¿Qué hay de cierto en ello?
Ese juego y muchos
otros que están saliendo últimamente los utilizamos en terapia como parte del
trabajo de rehabilitación visual. Se basan en trabajo que hacemos los
optometristas comportamentales hace décadas, pero añadiendo las últimas
tecnologías. Pueden ser muy útiles, pero siempre y cuando detrás haya un
diagnóstico y supervisión de un especialista en Terapia Visual. Solo con un
juego no creo que sea suficiente para resolver algo tan complejo a nivel
neurológico como es el caso de una ambliopía.
¿Qué se puede llegar a conseguir con un
adecuado entrenamiento visual?
El objetivo de la
Terapia Visual desde la filosofía comportamental, conocida también como
neuro-optometría o terapia visuo-cognitiva, es llevar a la persona al máximo de
su potencial. Este es diferente para cada uno, pero hace que se pueda utilizar
para mejorar desde a un niño con Síndrome de Down hasta a un atleta olímpico.
¿Son cada vez más compañeros
ópticos-optometristas los que se especializan en el ámbito comportamental o aún
no se atreven a dar el paso?
Sí, hay mucho
interés. Aunque como yo les digo cuando me preguntan, y como dice mi querido
maestro el Dr. Sanet, escoger el camino menos transitado como es la Optometría
Comportamental, no es precisamente el camino más fácil. Te tiene que gustar
mucho, lo tienes que amar.
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